La punsitis

Tenemos punsitis. Es una enfermedad que afecta a la mente  y que se manifiesta como una falta profunda de interioridad, de motivación y de interés por la vida que suele derivar en insatisfacción, desorientación crónica, ansiedad y depresión. El punsópata tiende a agarrarse a cualquier argumento para calmar su malestar. Está necesitado y abierto a escuchar ideas, aunque casi nunca lo hace directamente. Lo suele hacer de refilón. Esta enfermedad debe su nombre al divulgador catalán Eduardo Punset, un tipo con un brillante recorrido profesional, capaz de anunciar pan Bimbo con una sonrisa. Esta persona  ha demostrado que seguimos estando muy necesitados de respuestas para las grandes preguntas que siempre acucian al ser humano. Nos hemos empeñado en esconder  asuntos como el origen de la vida, el problema de la muerte, la necesidad de ser felices o la importancia de dar y recibir amor. Con su acento pausado y convincente, Punset, en sus libros, entrevistas y programas de televisión,  va dando pistas sobre algunas de estas grandes cuestiones y consigue con creces el primer objetivo que busca el divulgador cuando trata con un material tan precioso: hacer pensar. Punset supera a los gurús del refrito religioso-psicológico que tienen por líder al terrible charlatán Paulo Coelho. Con un halo cientifista que nadie se atreve a refutar, explica realidades humanas y, como hacen las tapas de los yogures, nos recuerda que tenemos que seguir buscando porque hay miles de premios. Sigo la invitación de Punset y me pongo a pensar. Vienen a mi mente dos frases y no sé con cuál quedarme: “La verdad está ahí fuera” y “en el interior del hombre habita la verdad”. La primera es un estribillo de la serie de televisión Expediente X. La segunda es de un santo: Agustín de Hipona.