Pequevisitas, una forma original de visitar Aragón en familia al estilo Escape Room

Hace poco descubrí Pequevisitas, un proyecto que apuesta por el turismo en Aragón y por una forma distinta de descubrir nuevos lugares en familia. Me interesó esta nueva modalidad de turismo, porque ayuda a que los niños se involucren directamente a la hora de visitar sitios nuevos y aprendan sobre ellos desde un punto de vista divertido y hecho a su medida. Sin duda alguna, Pequevisitas es una gran solución para hacer planes originales con niños en Aragón.

Aproximadamente 10 años atrás, llegaron las Escape Rooms a España, convirtiéndose en una de las formas de entretenimiento más populares a día de hoy. En un principio, estos juegos de escapismo se realizaban en salas creadas para que, junto a tu equipo, descifraras una serie de pistas que os llevasen a poder “escapar” del lugar donde os encontrabais. Sin embargo, a lo largo de los años han aparecido variaciones que han hecho que haya multitud de versiones de este tipo de juegos, incluyendo la realización de los Escape Rooms al aire libre. Si quieres visitar Aragón en familia, esta puede ser tu opción. 

Pequevisitas se ha unido a este movimiento, ofreciendo una original combinación entre visitas turísticas-culturales y estas Escape Rooms exteriores de las que os hablamos. Lo que más me llamó la atención es que va más allá de lo que se suele ofrecer en este tipo de juegos en exteriores, que habitualmente solo se desarrollan de forma digital. Por el contrario, en Pequevisitas la mayor parte de la actividad se desarrolla a partir de un cuaderno físico y una serie de materiales adicionales que a modo de “herramientas” ayudan a resolver el reto, todo ello contenido dentro de una caja. Si estás en Aragón y no sabes qué planes hacer con niños, esta puede ser una opción maravillosa. ¡Te quedarás con todos!

El hecho de utilizar materiales físicos, que son muy visuales y con numerosas ilustraciones, es clave para llamar la atención de nuestros pequeños. Además, ellos son los que llevan la iniciativa a la hora de recorrer los diferentes lugares y utilizar los accesorios que les ayudan a resolver las pruebas. Es decir, estos materiales convierten a los niños en los verdaderos protagonistas del juego, mientras que los padres se convierten en sus “acompañantes”. Este es un elemento clave a la hora de hacer turismo en familia y de visitar Aragón en familia, ya que muchas veces ocurre precisamente al revés, son los niños los “acompañantes” de los padres.

Pequevisitas da la vuelta a las visitas turísticas convencionales, que normalmente no están enfocadas a los intereses reales de los pequeños, facilitando que estos disfruten conociendo sitios nuevos. A pesar de ser un juego dirigido principalmente a niños, lo cierto es que Pequevisitas despierta la curiosidad incluso en los más mayores de la familia. ¿A quién no le gusta descifrar pistas y conocer nuevos lugares? Es una combinación realmente curiosa y que puede resultar de lo más entretenida para todos.

Además, como explican en su web, podemos elegir entre varios destinos, donde se puede disfrutar de una visita autoguiada en combinación con su característico reto y búsqueda de pistas. Esta serie de pruebas, a su vez, forman parte de una historia, protagonizada por un personaje que será nuestro guía a lo largo de toda la ruta.

Poseen una ruta por la ciudad de Zaragoza, en donde descubriremos la ciudad de la mano de un historiador al que ayudaremos a desvelar un misterio relacionado con una antigua tinaja mientras recorremos los puntos más emblemáticos de la capital aragonesa. El misterio de la Tinaja es un plan perfecto para hacer con niños en Zaragoza. 


Pequevisitas
también se atreve a guiarnos por el Pirineo de Huesca, apostando por el turismo rural de esta forma tan novedosa. En este caso, nos ofrecen tres opciones diferentes, pudiendo escoger entre visitar Aínsa-Sobrarbe, la Jacetania o el Alto Gállego.

 

 

Si buscas un plan con niños en Aínsa, no debes dejar de ver la interesante prueba de Pequevisitas llamada «El cofre de las tres llaves». En el Sobrarbe han creado un reto que permite recorrer seis de las poblaciones más interesantes del municipio de Aínsa-Sobrarbe. Utilizaremos el cuaderno como instrumento para seguir el recorrido, al mismo tiempo que descubrimos muchas curiosidades sobre esta zona.

En segundo lugar, encontramos una fantástica ruta por el Camino de Santiago a su paso por la Jacetania, a través de la cual podremos disfrutar de lugares tan emblemáticos como Jaca o Canfranc, entre otros con un reto basado en el Santo Grial, la copa empleada por Jesús en la última cena, y que tradicionalmente se considera que estuvo muchos años protegida en diferentes lugares del Pirineo Aragonés. Esta actividad en la zona de la Jacetania es muy divertida.

Y, por último, podemos optar también por su último lanzamiento, un recorrido por el Alto Gállego que incluye paradas en Sallent de Gállego, Lanuza y Formigal. Si quieres hacer un plan con niños en el valle de Tena, esta propuesta te va a encantar. 

Otro aspecto a destacar, como ya hemos adelantado antes, es el formato en el que se presenta el proyecto. Todas las rutas que hemos nombrado se corresponden con una caja de experiencia que incluye distintos materiales. El principal es un libro de ruta, que sirve como eje principal de la visita. Este cuadernillo se emplea como guía, incluyendo un mapa con los puntos de interés y sus respectivas pruebas con las que completar el reto. Pero eso no es todo, porque la caja de experiencia también incluye algunos materiales accesorios y herramientas que necesitaremos a lo largo del desarrollo de la actividad. ¡No dejes de entrar y curiosear en Pequevisitas!

 

 

 

 

 

Para quedarse

Entrar por la nueva entrada, salir por la nueva salida, saludarse como auténticos mamarrachos, ponerse gel en las manos como el protagonista neurótico  de una película de Woody Allen, una digitalización forzada y artificial, a veces, sin retorno y sin explicación, la desconfianza en el vecino, una dependencia excesiva del gobernante como si fuera el hechicero de la tribu y el miedo como factor de cambio son algunas actitudes que, como repiten incansablemente algunos, han venido para quedarse. Apagón. Desabastecimiento. Nos encantan estas frases de borregos. Con la que está cayendo. La nueva normalidad, que ya no sabemos si es la de antes, la de ahora, o la de hace dos Telediarios. Ha venido para quedarse el hecho claro de que al que ocupa el sillón le preocupa, por encima de todo –vidas ajenas también-, seguir en ese sillón. Ha venido para quedarse la trinchera, la falta de objetividad y la inexistencia absoluta de autocrítica. Han venido para quedarse el argumentario, la militancia y la poltrona. “Lo malo es que unos días pasan pronto”, decía su nuera a Paco Martínez Soria  en La ciudad no es para mí. “¿Unos días?” -respondía el inocente suegro- “si vengo pa quedame pa siempre. Yo he venido a casa de mijo”. Nos toca hacer de nuera. No hay que ceder. Las preguntas son muy serias: ¿La gestión de la pandemia nos resta derechos y libertades? ¿Tienen más poder los que mandan? ¿Se ha resentido la democracia? Aún refrescará.

 

Lenguaje inclusive

Patadas al diccionario, falsa moralidad barata, progreso mal entendido, miedo, falta de carácter y emulación. Estos son los ingredientes del desastre en el uso del llamado lenguaje inclusivo que vemos avanzar a diario en el uso de nuestro idioma. Autoridades y autoridadas. Los políticos imponen un modo de hablar ridículo y los que se juegan el cargo –en especial, los docentes- tragan, casi siempre. Es preciso rebelarse, si no queremos ser papagayos y papagayas, ambos inclusive. Voy a proponer una solución. Sigan atentos. Es bello encontrar una palabra en el diccionario que integre a diferentes sujetos. Bandada, jauría, piara, arboleda, manada son palabras femeninas que describen a individuos de diferentes sexos. Existen palabras que tienen la misma naturaleza para designar a grupos humanos: audiencia, concurrencia, clase, personas, familia, banda, agrupación, escuadra, plataforma, coordinadora y otras muchas. Si las utilizamos con frecuencia, nadie nos va a obligar a repetirlas en masculino. Mi receta cuando hablo en público es utilizarlas con la mayor elegancia posible, combinadas con otras que emplean el uso genérico del masculino. Digan lo que digan, es mucho más integrador encontrar una palabra que acoja a todas las personas de las que se habla. Así se logra la unión, la fuerza y la concordia. Visibilizar no nos va a dejar ver. No podemos permitirnos como sociedad que nuestros maestros tengan que hablar como políticos.

 

 

 

 

 

El alumbramiento

Hidrógeno, Litio, Sodio, Potasio, Rubidio, Cesio y Francio. Repetimos. El maestro sabe que está utilizando una técnica de la vieja escuela, pero se lo permite. Es consciente de que los alumnos no olvidarán la tabla periódica. ¡Pérez V., a la pizarra! Eduardo obedece. Es tímido y tiene gestos de inseguridad. Fue nuevo y eso se paga. El maestro le hace preguntas sencillas y Pérez V. responde con acierto. Coge la tiza y copia algunos datos que el profesor le indica. Se afana en resolver un problema que el resto de compañeros ve muy complicado. Lo hace con una facilidad extraña. El maestro pregunta más y el alumno responde con aplomo. La clase reacciona con risas como una masa idiota. El maestro pide silencio. Aunque no es muy consciente, el grupo está asistiendo a un alumbramiento, al nacimiento mágico y delicado de una vocación. Pérez V. continúa con la tiza. No necesita ayuda. Llega al final del problema sin conocer la teoría que todavía no se ha explicado. Es una facilidad natural, un don. Los compañeros lo miran como si, de pronto, se hubiera subido a un monociclo y comenzara a hacer malabares con diez pelotas. El maestro tira del hilo con delicadeza. Cuida a Pérez V. sin que se note. Boro, Aluminio, Galio, Indio, Talio. ¡Todos! Boro, Aluminio, Galio, Indio, Talio. Pasan treinta años y el maestro se apaga en un hospital por culpa de un virus implacable. Pérez V. sigue de cerca el triste proceso. El maestro ya no sabrá que Pérez V. ha sacado plaza de profesor de química en la Complutense. Flúor, Cloro, Bromo, Iodo, Astato.

 

 

¿Por qué está de moda comprar Trufa Negra?

Seguro que ya has visto por ahí miles de recetas con trufa Negra y que tus amigos te han hablado de lo rica que queda la pasta si como toque final, añades unas láminas de trufa. Seguro que te han hablado de algún restaurante que hace huevos trufados o, quizá, tienes un amigo que trufa huevos en su casa. Podemos afirmar con total rotundidad que está de moda comprar trufa negra.

No podíamos dejar pasar la oportunidad de recordártelo. Este preciado producto se ha puesto de moda en los últimos años gracias a su especial sabor. Es capaz de combinar con una gran multitud de platos añadiéndoles un toque distintivo a todos ellos. Gracias a la comercialización online que ha experimentado el sector de la trufa negra en los últimos años, se ha conseguido que muchas más personas puedan disfrutar de ellas en sus propias casas, por lo que su popularidad y consumo ha aumentado considerablemente.

Propiedades de la trufa negra

Comprar trufa negra se ha convertido en algo mucho más usual que hace años, y por ello es importante remarcar sus propiedades nutricionales.
La Melanosporum aporta una gran cantidad de minerales a nuestro organismo entre los que se encuentran el hierro, el calcio y el silicio. La compra de la trufa también beneficiará a nuestra salud gracias al alto contenido de vitamina C y vitaminas del grupo B cómo la B2, B3, B9.
Además, es un gran remedio natural para mejorar el aspecto de las uñas, cabello y piel y es un gran aliado para luchar contra el colesterol malo.

¿Por qué comprar trufa negra?

La trufa negra que se comercializa en España, es casi en su mayoría recolectada aquí. Al ser un producto nacional y que ha tenido tanto éxito en estos últimos años, cuenta con todas las garantías de calidad propias y es una compra asegurada. La versatilidad de usos que ofrece la trufa negra es uno de los principales reclamos para la compra de la misma, y es que plato al que la añadas, plato que tendrá gourmet como apellido de manera automática. Elegirla es sinónimo de éxito y utilizarla en tus platos será una apuesta segura para conseguir sorprender a tus invitados con platos sencillos pero muy muy ricos.

Los perfectos

Desde muy pequeños les han inculcado sutilmente la idea de la perfección. Tienen que hacerlo todo bien. Deben sacar buenas notas, aprender idiomas, robótica y artes marciales. Lazos, zapatos de princesa, calcetines a juego y demás elementos del uniforme de turno les impiden ensuciarse en los parques. El peinado de la primera comunión es apto para el resto de la vida. La comida –esa nueva moralidad- es también una parte del camino hacia lo perfecto: nada de azúcar, trozos de fruta cortada en vena y pocos hidratos. La interioridad, la imaginación excesiva y la creatividad se perciben como elementos extraños, difíciles de entender y con la capacidad de alejarte del objetivo. Se sofocan rápidamente con un comentario que proyecta la sensación de ridículo. Las compañías y amistades llevan un serio proceso de supervisión, como una partida de ajedrez a largo plazo. El fracaso es el fracaso. Sin americanadas. Los perfectos lo toleran mal, lo sufren en silencio y, cuando pueden, lo ocultan. La perfección requiere militancia, identidad y compromiso. Hay que buscar alguien de tu misma especie, alguien que pase el corte. Perfecta y perfecto se unen para repetir el molde hasta que la vida les enseña el camino del dolor, el sufrimiento, el abandono, la pérdida o la injusticia. La perfección no sirve para afrontarlo todo. El desengaño habla claro desde el fondo del espejo. Los perfectos buscan el mejor cosmético posible y se dicen a sí mismos: que no se note.

Trenes metáfora

Somos la única comunidad autónoma que tiene un consejero metafórico. La palabra “vertebrar” es una metáfora de dudoso gusto literario que hace ya mucho tiempo hizo fortuna en Aragón. Es una expresión tan absurda como rimbombante y es, por definición, subjetiva. Vertebrar puede ser dejar de dar un servicio ferroviario ya presupuestado a cientos de pueblos y de profesionales que lo necesitan para trabajar. Vertebrar puede ser, en los tiempos de la descarbonización, poner más autobuses a horas intempestivas que paren en cada pueblo. Parece ser que vertebrar no es pedir que Valencia y Cataluña paguen la parte de trayecto que discurre en su territorio. Vertebrar es lo que yo te diga. El vicepresidente Aliaga dijo hace unos días en Aragón Radio que no se nos puede llenar la boca con la despoblación y dejar a los ayuntamientos sin trenes. También dijo que para negociar es necesario que el servicio siga en marcha. Si se deja de dar el servicio, se pierde la fuerza negociadora, es decir, se tira la toalla. El consejero de la metáfora ha sido incapaz de explicar por qué quiere hacer esto ahora y para qué necesita mover el dinero de una partida del presupuesto. Se habla mucho de intermodalidad, pero esta idea pasa también por mantener el tren. Se habla de reordenar el mapa de concesiones de autobús y se ha avanzado muy poco. Señor consejero de la metáfora: defienda a los aragoneses. No los utilice como rehenes. Negocie y haga su trabajo. Y si no lo consigue, cumpla el presupuesto.