Llevo ya unos años trabajando solo y es algo que tiene sus ventajas, pero también tiene partes malas. He titulado este artículo «trabajar solo» para no llamarlo trabajo autónomo o emprendedor porque no es necesariamente lo mismo.
Hay gente que puede teletrabajar por cuenta ajena, pero estar sola y este es un artículo para la gente que trabaja en soledad física. También hay autónomos que trabajan siempre en compañía. Este artículo es para los que trabajan codo con codo con la soledad, aunque puede servirle a todos.
En mi caso, la soledad es necesaria porque desarrollo un trabajo creativo. No puedo trabajar en paz en un espacio compartido y no podría hacerlo con demasiada gente a mi alrededor. Alguna vez he dicho que el concepto de oficina abierta me parece un engaño. Es una opinión personal, claro. Entiendo que hay trabajos en los que el concepto abierto es casi necesario. Aquí van mis consejos si te vas a decidir por este trabajo ermitaño. Espero que te sirvan:
1 . Haz lo que dependa de ti: tendrás que elegir diferentes proyectos, deberás tomar decisiones y llegará un momento en que tendrás que esperar la decisión de los demás: concursos, propuestas, ofertas, ideas, etc.
Mientras esperas, te puedes desesperar. Hay esperas que desgastan mucho.
Por eso, sin descartar la otra vía, es muy interesante elegir proyectos que dependan de ti mismo desde el inicio hasta el final.
Curiosamente, estos proyectos pueden llevarte a objetivos que dependían de otras personas y que ahora se acercarán a ti con mayor interés.
Quizá estás dudando entre abrirte una cuenta de TikTok o empezar una newsletter para explicar lo que haces. Es más trabajo, más ocupación. Tendrás que pensar mucho, planificarte y empezar a gestionar comentarios no siempre agradables que te llevarán a verte desde fuera. Es complicado, pero depende totalmente de ti. Nadie lo tiene que aprobar y tienes mucho que ganar. Echa un ojo a webs que pueden ayudarte en este aspecto como, por ejemplo, Mailrelay.
Yo estoy preparando la mía. Espero lanzarla en enero.
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2. Sal del agujero: parece sencillo, pero no lo es tanto. Tendemos a quedarnos en casa, a repetir costumbres cómodas y hacer siempre lo mismo. Es un error. Hay que salir de la rutina de vez en cuando y colocarse en situaciones diferentes. De lo contrario, sentirás un hastío tremendo y te costará mucho soportar la soledad. Dejar uno o dos días de la semana para reuniones es un buen truco para que no se te caiga la casa encima.
3. El email no es el único camino: mucha gente envía correos electrónicos para presentar proyectos e ideas, pero hay más caminos. Decir no a alguien por correo es muy sencillo. Basta con no responder jamás. Levantar el teléfono, poner un Tweet, quedar para un café, ir a un congreso o a una presentación o, incluso, mandar una carta, son actividades que te costarán más esfuerzo, pero serán más efectivas.
Sobre el correo electrónico hay otro asunto importante: no debe determinar tu jornada laboral ni interferir en ella. Aquí van dos ideas que te servirán:
a) Programa tus correos para que la respuesta a ellos no te moleste.
b) Utiliza la maravillosa opción «posponer» cuando no puedas resolver el correo o cuando haya otro momento mejor para responderlo.
4. Socializa: aunque trabajes solo, no deberías dejar pasar ni un solo día sin ver a alguien que no sea tu familia o las personas que conviven contigo. El día es largo y necesitarás organización. Queda con amigos, haz deporte con gente, apúntate a algo que te motive, pero no te apalanques en casa. Es muy autodestructivo.
5. Cuida tu espacio de trabajo y cambia algo en él de vez en cuando. Esto te ayudará a tener un poco más de ilusión y de novedad. Si solo trabajas con un ordenador, puedes hacer pequeños cambios de sitio a lo largo del día o por temporadas. Suele ser muy efectivo para liberar la mente.
Además, los pequeños caprichos como bolis de colores, papeles adhesivos brillantes, lápices y cuadernos son también una buena ayuda para mantener la ilusión viva y la creatividad alerta. No hay que dejar de escribir a mano nunca.