Se acabó. Traca final y se cierra el circo. ¡Que nos quiten lo bailao! ¡Que nos quiten puentes, carreteras y edificios! ¡Que nos quiten conciertos, juergas y cohetes! ¡Que nos quiten el nuevo aspecto del Ebro!
Eso sí, ya está escrita la carta de Zaragoza. Supongo que casi nadie se la habrá leído. Yo lo hago por ustedes. Tiene «considerandos» como las sentencias y tiene recomendaciones universales y recomendaciones a los poderes públicos, usuarios y ciudadanos. Ocupa 6 folios. Tiene 1794 palabras. La palabra «agua» aparece 40 veces. La palabra «sostenible», doce. «Pobreza» aparece de refilón una vez y «hambre» y «sed», ninguna.
«Desarrollo sostenible» es una expresión que hemos repetido todos como loros desde que empezó a sonar la posibilidad de la Expo. Esta expresión apareció por vez primera en el Informe Brundtland, en el año 1987, fruto de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas. Significa, más o menos, que hay que utilizar los recursos sin gastarlos ni estropearlos para las generaciones siguientes. De los pobres y de los que mueren de hambre hoy en día, no se dice mucho. Seguiremos atentos.