Me hacía ilusión ver mañana en la misma manifestación a miembros de diferentes partidos unidos. Pero, si les soy sincero, me hacía más ilusión ver al PP y a los sindicatos unidos por una causa común. Era una manifestación de higiene y salud democrática. Había pensado que UGT estaría también detrás de la pancarta, pero me he equivocado. La dirección del sindicato no ha visto oportuno unirse a la manifestación. ¿Cuántos afiliados del sindicato UGT pueden trabajar en esta autovía? ¿Cuántos afiliados de UGT utilizarían la autovía? ¿Puede generar empleo y riqueza esta autovía para mucha gente incluso para los afiliados de UGT? Parece ser que no. Parece que este sindicato es una extensión del PSOE y que tiene más interés en quedar bien con los de arriba que en velar por los intereses de sus trabajadores y afiliados.
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La crisis no afecta a los sindicatos gracias al dinero que les dan los contribuyentes a través del Ministerio de Trabajo. CCOO y UGT recibieron casi 15 millones de euros en 2008. Con esta partida de fondos públicos es difícil que los sindicatos se enfrenten al Gobierno.
La crisis española está expulsando del mercado laboral a 6.000 personas diarias, las afiliaciones a la Seguridad Social se hunden desde hace meses y ya existen cuatro millones de parados. En este contexto lo normal sería que los sindicatos estuvieran en pie de guerra y se enfrentaran al Gobierno, reclamándole que adopte medidas y reformas de calado para evitar esta sangría laboral.
Diluye y vencerás. En realidad se decía divide. Tres parados harían mucho ruido, tres millones dejan de tener valor individual, cuatro ya casi es la totalidad de trabajadores. Así que de lo que se trata es de «igualar» a todos, eso es la esencia del SOCIALISMO, igualdad y equidad, aunque sea dejando a todos en el paro. Por tanto estamos en el camino teórico perfecto en un sindicato de clase…
Carlos, no te conozco pero acusar al socialismo de ser el culpable del aumento del paro me parece de una cortedad de miras alarmante. Echa un vistazo al neoliberalismo salvaje y al «hágase rico en cuatro días».
«¡Libertad de mercado! ¡No al intervencionismo estatal!», dicen cuando hay beneficios exorbitados. «¡Inversión pública, o nos vamos todos a la mierda!», dicen cuando hay pérdidas desmesuradas; y prefieren echar a los trabajadores a la calle antes que rebajarse sus sueldos milonarios.
Desconozco quién recibe más ayudas estatales, si el sector privado o los sindicatos. Pero sí sé que en la relación empresario-trabajador la parte débil es el trabajador. Por tanto los sindicatos, con sus imperfecciones, son imprescindibles para mantener los derechos laborales que con tanto esfuerzo se consiguieron. Y sé de buena tinta que en UGT y en CCOO hay muchos sindicalistas que trabajan duro todos los días ayudando a muchos trabajadores. Así que aunque haya sinvergüenzas, como los hay en cualquier organización humana, mis respetos y mi apoyo para ellos.