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Hace un par de años, escribí esto en Heraldo. Hoy me lo he vuelto a encontrar. Qué cosas…

«Mientras escribía en la computadora, noté un frío repentino dentro de mi nariz. Un chorrito de sangre cayó al suelo. En mi ingenuidad, creí que la hemorragia terminaría sola. No fue así. Pensé en ponerme un algodón, pero cuando me iba a levantar, noté como la sangre empezaba a moverse por el suelo de mi habitación. El pequeño hilo de sangre salió de mi cuarto y ganó el pasillo. Avanzó y pasó por debajo de la puerta. Descendió los escalones de la escalera y, cuando el portero le abrió, salió por la puerta a la calle. Una vez al aire libre, mi pequeño reguero de sangre subió por la avenida hacia el centro de la ciudad. Miles de millones de plaquetas mías avanzaban a la vez que el bus urbano. Mi sangre tomó una calle poco transitada y entró en el cuarto local contado por la derecha, un bar con poca concurrencia. Dentro había un muchacho escribiendo en una servilleta con un gesto de inteligencia. La sangre avanzó hacia él, después de pedir un zumo de tomate al camarero. El pequeño río rojo subió enroscándose por la pata de la silla, se encaramó en la rodilla del chico y, después,  se dirigió a la nariz. Y empezó a entrar y a entrar. Cuando toda la sangre estuvo dentro, me di cuenta de que ese tipo era también yo».

Un comentario en «Reencuentro»
  1. Que mal tenía que estar el Heraldo, para que te publictran esta chorrada. Chico, dedicate a otras cosas, que aburres, y mucho.

    Saludos a los no espectadores de este programa y a los que aún creen en la veracidad de la información, el respeto a la audiencia y el correcto tratamiento de la información.

    ¡Viva ezta puta Ezpaña, la de ZP y sus lacayos!

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