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Últimamente les digo al terminar el programa aquello de «gracias por dejarnos entrar en su casa». La cosa va en serio y se la escuché a uno de nuestros revisores cuando estuvo por aquí en un programa como entrevistado. Cuando enciendes la tele, estás dejando pasar al salón de tu casa a la gente que sale en la pantalla.
Si vemos programas de friquis, la casa se nos acabará llenando de gente rara porque nosotros empezaremos a tener algo de friquis. Si vemos muchas películas de tiros, quizá una bala perdida acabe en nuestra habitaión.
La tele y la radio son dos grandes inventos, pero tienen mucho riesgo porque te pueden convertir en un esclavo o en alguien que no eres tú.
Pronto tendremos la oportunidad de dejar entrar en nuestra casa al presidente y al candidato a presidente. Es un buen momento para preguntarnos, con el mando en la mano, si nos interesa o no nos interesa la política.

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