Estoy leyendo un libro que me ha prestado Juan Domínguez Lasierra por indicación de Antón Castro que se titula Crónica de Zaragoza año por año. El autor es Julián Ruiz Marín. Es una joya. De vez en cuando, pondré algún apunte de este libro aquí. Creo que es curioso y muy útil. Puede venir bien para hacer alguna reflexión.
Hace cien años, en noviembre de 1912, dice este libro que el alcalde de Zaragoza, D. César Ballarín Lizárraga, devuelve un escrito de la Diputación Provincial de Barcelona por estar escrito en catalán: «No entiendo el catalán. No quiero entenderlo. Estamos en España y somos españoles. Al menos yo».
Algunos encontrarán en esta pequeña efemeride un motivo para seguir quejándose. Otros lo verán como una actitud intolerable y una falta de respeto. Cien años después, está claro que unos y otros están condenados a entenderse en el idioma que sea.
Foto del Casino Mercantil construido en 1912. Hoy se le llama curiosamente «centro mercantil».