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Unos operarios se llevan el cuerpo de cera de Jaime de Marichalar. Ya no es digno de estar en el museo de cera, ese lugar tétrico, fuente de noticias absurdas. Las figuras de cera son una tradición antigua. Hace dos siglos, en las ferias de pueblos y ciudades, solía haber entre las atracciones un tenderete con figuras de cera. Como no existía la televisión, la gente pagaba por entrar a ver la cara de Napoleón, Marat o Robespierre. Eran, casi siempre, figuras rancias que se parecían poco al original. Ahora, casi nadie va a ver las figuras de cera porque todos estamos hartos de verlas por la tele. Lo noticia está en que una figura de cera decide marcharse del museo. Esa es la gracia.

 Mientras tanto, esa curiosa maquinaria a la que todos llamamos el Rey Juan Carlos lee un discurso para figuras de cera y causa un revuelo extraño. Los teóricos de la monarquía vuelven a sacar sus argumentos, sus 23 F, y su “reina pero no gobierna” para tratar de apaciguar los ánimos. El rey dice que hay que hacer pactos y llegar a acuerdos y al bendito consenso. Es lo que lleva diciendo toda la vida. Vaya novedad.

 

4 comentarios en «Marichalar, expulsado del museo de cera»
  1. Nos ha alegrado mucho ver el resurgimiento del Maquinista en TDT. Hoy ha sido un estupendo día, por los comentarios. Si nos referimos a la videovigilancia de Zaragoza (el Gran Hermano cutre con cachirulo) nos llama la atención la celeridad con que el Ayuntamiento decidió tras actos vandálicos en Macanaz y otros lugares, además del cementerio, poner videovigilancia (¿esto es neologismo o brutalidad gramatical?) en las zonas en las que, perfectamente circunscritas por un plan gamberril (los gamberros planificando…) se habían producido cremás cachondonas de vehículos y contenedores de basura (me refiero a restos, no a personas, que para eso ya hay crematorio). Y luego pienso que cada concejalillo o concejalilla de nuestra Cesarurugusta (mucho nombre para tan poca chicha) tiene dos policías locales de escolta y el alcalde y "vicealcalde" cuatro ( estos, además, dos coches) y se me nubla el raciociocinio y pienso en eso de la relación causa-efecto (efectos indeseables de no ser víctima de la LOGSE y tal y tal, y se me pone un nudo en el estómago al pensar en la causalidad, la casualidad, las consecuencias y el desvío de fondos de protección pública a personas (…) concretas y tal y tal. Oiga, que no se si estoy paranoico o simplemente llevo las cosas a su conclusión lógica, pero me parece que algo no anda bien y que ese algo se parece cada vez más a la URSS o algo así. Cosas de la edad, me dice mi esposa. Puede que sea eso. Muy bonita la corbata, muy bien hecho y centrado el nudo y muy bien eso de cambiar el uniforme negro y gualda (perdón, blanco) y además llevado con donosura y garbo hispánico. Larga vida al Maquinista.

  2. En la vida real no se puede emplear la técnica de cortar y pegar, por ende tampoco en la Historia y mucho menos cuando se trata de personas (seres humanos, concepto que habría que depurar en los tiempos que corren).
    La Historia es lo que es (un acontecimiento pretérito). Se puede interpretar, tergiversar, manipular, falsear, suplantar, adulterar. La verdad absoluta en este campo no existe (un hecho determinado puede interpretarse de mil maneras, influidos o contaminados por una ideología o por nuevos conocimientos) aunque posiblemente podamos acercarnos a ella. Pero hay una cosa que jamás se podrá lograr con la Historia que es borrarla. Los sucesos y acontecimientos están ahí y hay permanecerán -pese a quien le pese-, per secula seculorum
    ¡Menuda historia!

  3. En la vida real no se puede emplear la técnica de cortar y pegar, por ende tampoco en la Historia y mucho menos cuando se trata de personas (seres humanos, concepto que habría que depurar en los tiempos que corren).
    La Historia es lo que es (un acontecimiento pretérito). Se puede interpretar, tergiversar, manipular, falsear, suplantar, adulterar. La verdad absoluta en este campo no existe (un hecho determinado puede interpretarse de mil maneras, influidos o contaminados por una ideología o por nuevos conocimientos) aunque posiblemente podamos acercarnos a ella. Pero hay una cosa que jamás se podrá lograr con la Historia que es borrarla. Los sucesos y acontecimientos están ahí y hay permanecerán -pese a quien le pese-, per secula seculorum
    ¡Menuda historia!

  4. Tiene usted razón Gyoni, es triste borrar una persona del mapa como si no hubiera existido. Aunque sea de cera. En ese sentido, la Monarquía española, tan alabada, me sigue pareciendo rancia.
    Francisco, gracias de verdad por su amabilísimo comentario. Creo que no me lo merezco. Ya le contaré historias sobre corbatas…

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