Si estás de acuerdo, copia este texto en tu blog o mándalo por ahí. Algo hay que hacer antes de que sea tarde.
El Real Zaragoza no tiene buena pinta. No tiene buena pinta deportiva. Hay muchas razones para aventurar que la entidad lo va a tener complicado para mantenerse en Primera División. Sin embargo, más allá del terreno de juego, hay síntomas que preocupan y que hacen temer por la continuidad del club en un plazo de unos pocos años. Todos sabemos que otro descenso sería muy duro, casi insoportable para los recursos del club. Ante esta situación, llama la atención la pasividad de sus dirigentes, de la clase política aragonesa y, sobre todo y es triste decirlo, de la afición zaragocista, que encaja las derrotas con una tranquilidad impropia. Respecto a los dos primeros casos, sólo podemos denunciarlo. Pero en el tercer caso, en el de la afición, no nos queda otra que remar y apoyar al equipo. Zaragoza no puede permitirse un equipo en Segunda División por muchos motivos, entre otros, por la dignidad de un club y una afición que ha luchado siempre contra viento y marea. El Zaragoza no tiene tono ni constantes vitales y hay que hacer algo. Quizá, criticar menos, apoyar más, exigir responsabilidad a los dirigentes, buscar gestores con más corazón y sentimiento zaragocista que, a largo plazo, se involucren en el club, cuidar y aumentar el cariño a las señas de identidad como el escudo, la bandera o el himno. Aún estamos a tiempo. Zaragoza no se rinde.
Ahi tus guevos