Dicen que hacen falta héroes, pero no se engañen. Los héroes son anónimos. Estamos acostumbrados a héroes de cartón piedra, a hombres araña y a individuos que tienen un don diferente al de los demás. Eso nos viene desde el cine americano y está bien para pasar el rato. Pero, en la vida real, nadie tiene la capacidad de volar, ni una fuerza portentosa, ni visión de rayos x ni nada de eso.
Por ejemplo, el señor Jesús Neira planta cara a un señor que agrede a una mujer. El agresor le pega un puñetazo tremendo y lo deja en coma una temporada. La mujer a la que defendió no quiere saber nada de nada. Pero el señor Neira sale y dice que lo volvería a hacer mil veces. Esto no ocurre con mucha frecuencia. Lo normal es el escaqueo y el mirar hacia otro lado. Lo normal es que el que reciba la paliza no sea conocido y no nos enteremos nadie. Los héroes, casi siempre, son anónimos.