Nos pegamos todo el día trabajando. De aquí para allá, haciendo lo que podemos o buscando trabajo. Después, a disfrutar del bienestar en el cuarto de estar. Nos entretienen con la tele, con las series, el fútbol, ahora con los debates tres o cuatro contra uno. La vida continúa. Creo que necesitamos un cuarto diferente en nuestras casas. Necesitamos el cuarto de ser, no el cuarto de estar. Hemos estado demasiado tiempo. Necesitamos ser. El cuarto de ser nos ayudará a conocernos, a ser mejores personas, a entender a los demás. El cuarto de ser está lleno de luz por el día y por las noches tiene acogedores rincones de penumbra. El cuarto de ser suele estar en silencio casi siempre, aunque a veces hay diálogo y música. El cuarto de ser, por supuesto, está lleno de libros. Hagan obras en su casa o, mejor, en su mente. Cambien el cuarto de estar por el cuarto de ser.
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Fenomenal juego de palabras y muy buena reflexión.
¿Tú ya tienes cuarto de ser?
Un abrazo