Notas de cata de garrafón: Chapela Cacao

El nombre es para mear y no echar gota, la verdad. Sin embargo, tengo que reconocer que el resultado final es notable. Como puede apreciarse en la foto, la Chapela Cacao que nos ofrece Carrefour es, nada más y nada menos, que otro Phoskito de garrafón.

Sin duda alguna, la Chapela Cacao es la más competitiva en precio. La cadena Carrefour ha optado por dejar a un lado la molesta y prevaricadora báscula del granel y ha optado por un precio fijo. Por 0,26 euros uno de estos pastelillos puede ser tuyo. Vayamos por partes y en espiral: la cobertura de chocolate no está nada mal. Fresca y con sabor, recuerda un poco a algunas palmeras industriales, pero con el fondo del bollo en lugar del hojaldre. El bollo, por cierto, es correcto, nada seco y bien de estructura. Le falta, eso sí, la consistencia necesaria para poder deshacer la espiral, eso que alguno llamaría «experiencia de comer el phoskito de garrafón». La nata de dentro no está mal, un poco escasa, pero bien de sabor. La apariencia deja mucho que desear. Como puede verse en la foto, el envoltorio no ganará premios de diseño.

En cuanto a los ingredientes, mejor no mirar. Los aceites son, por supuesto, de palma y palmiste y los ingredientes «poco sanos» están casi todos como mi colección de la liga 2003-2004. Una chapela contiene 337 kcal. Traduzcanlo en minutos de bici estática y derivados.

Nota: 7

Conservar en lugar fresco y seco no expuesto a la luz solar. Seguiremos informando.

Catador de productos de garrafón

Empiezo hoy una nueva aventura en esta web. Me declaro fan de los productos de garrafón en materia de bollería, refrescos y patatas fritas. A partir de ahora, pondré aquí  «notas de cata» de estos productos. Si alguna marca quiere mandarme un lote para mejorar mi percepción, será bien recibido en info@juanluissaldana.com

Al grano. Empiezo hablando de los phoskitos de garrafón de la empresa Dulcesol que reciben el curioso y nada original nombre de Bizcochocos.

Reconozco que soy fácil de convencer y que tengo un paladar parecido a un zapato. Sin embargo, ahí van mis apreciaciones: he adquirido un paquete de cuatro Bizcochocos en una gasolinera de María de Huerva. En el paquete dice que está libre de grasas hidrogenadas, pero en los ingredientes vemos que el aceite no es de girasol. El chocolate es efectivo para un tipo hambriento como yo que acaba de ganar 1-2 en Botorrita. Es importante que la cola del pastelito, donde acaba el rollo, siga teniendo prestancia al abrirlo y no pierda trozos de chocolate. Ahí los Bizcochocos responden bien.

En boca, el bizcocho tira a seco porque la presencia de la nata es testimonial. El bizcocho y la nata acaban siendo uno, algo que no pasa en el Phoskito original que, quizá por ir en caja de cartón, tiene siempre más sensación de fresco. El grosor es aceptable, pero el diámetro podría ser un poco mayor. El empaquetado y la presencia no son malos. Hay un esfuerzo colorido que ayuda a la hora de decidirse. Una vez abierto, la incidencia de la luz en la capa de chocolate le da tonos de roca y de magnoleo. La cobertura de chocolate es aceptable, aunque podría mejorarse con un poco más de sabor. El primer bocado, donde un pastelito tiene mayor utilidad marginal, es satisfactorio, aunque como ya hemos dicho, un poco seco.

Nota: 6,5