Estamos rodeados de campañas de sensibilización. Hay mil causas que apoyar en estos tiempos que corren y nos encontramos con frecuencia ante las ya famosas campañas de sensibilización. Nos engañan. O, quizá, nos engañamos. La sensibilidad es algo más complejo, algo que no se consigue por medio de una campaña. Las campañas que nos bombardean -violencia contra la mujer, conducción, di no a la droga, ayuda contra el cáncer, no uses el móvil al volante- no son campañas de sensibilización, son campañas de información. Estamos hartos de ver imágenes impactantes y de escuchar animaladas. Nada nos afecta porque tenemos una coraza de basura endurecida.
La sensibilidad es otra cosa. Es una capacidad que tenemos las personas para captar los estímulos externos. La sensibilidad se tiene, pero se puede aprender y cultivar. También se puede perder si se maltrata. Ahora, lo que más se hace con la sensibilidad es prostituirla, venderla como se vende cualquier cosa. Las campañas se sensibilización utilizan un lenguaje diferente al de la sensibilidad y por eso tienen poco éxito.