Buenas noticias. Noticias bien hechas, bien contadas. ¿Qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Quién? ¿Cómo? Y, si se puede ¿por qué? Aunque creo que Sergio no se refería a eso sino a noticias con un buen contenido.
Las buenas noticias se suelen presentar como algo aislado. “La buena noticia del día”, se dice. Cada vez, las buenas noticias interesan menos por sí mismas. ¿Por qué? Porque no venden. Vaya hombre. ¿Y por qué no venden? Muy fácil. Porque nos gusta más ver las desgracias ajenas que las venturas. Veamos un ejemplo reciente. Llueve y el Ebro viene crecido. No sabemos –yo, por lo menos, no lo sé- si la lluvia y el temporal que ha pasado por aquí durante los pasados días va a suponer algún beneficio para luchar contra la sequía. Sólo sé que ha traído problemas de inundaciones en algunos pueblos.