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Al final todo son campos semánticos, todo se reduce a las palabras. Ahora toca: elecciones, voto, urna, candidato, debate, mitin, sondeo, resultado, declaraciones y un largo etcétera.
Después, dentro de unos meses, aunque ya nos suena: inauguración, pabellón, agua, visitas, concierto, fluvi, turismo, sostenible, ecología y más de lo mismo.
A veces nos meten con calzador nuevas palabras para incorporar a nuestros grupos o campos semánticos por ejemplo, sostenible, intercambiador, movilidad, escenario de consenso o tolerancia y muchas más.
Está bien. Al final todo son grupos de palabras repetidas de muchas formas diferentes. Somos esclavos de ellas, las necesitamos para comunicarnos. El problema está en que las palabras son como un arma en la sociedad actual, un arma democrática y no se puede hacer una guerra en condiciones con armas de fogueo.
Después, dentro de unos meses, aunque ya nos suena: inauguración, pabellón, agua, visitas, concierto, fluvi, turismo, sostenible, ecología y más de lo mismo.
A veces nos meten con calzador nuevas palabras para incorporar a nuestros grupos o campos semánticos por ejemplo, sostenible, intercambiador, movilidad, escenario de consenso o tolerancia y muchas más.
Está bien. Al final todo son grupos de palabras repetidas de muchas formas diferentes. Somos esclavos de ellas, las necesitamos para comunicarnos. El problema está en que las palabras son como un arma en la sociedad actual, un arma democrática y no se puede hacer una guerra en condiciones con armas de fogueo.