Califica este artículo.
[Total: 0 Average: 0]
Hoy ha sido un día de silencio, de minutos de silencio y concentraciones silenciosas. La sociedad se enoja, manifiesta su rechazo a un acto y lo hace por medio del silencio. ¿Por qué esta costumbre?, me pregunto. Quizá porque el silencio nos pone a todos de acuerdo. A veces, me asusta pensar que los minutos de silencio están vacíos de contenido y sólo sirven para que algún energúmeno grite y se le pueda oír perfectamente. En algunos sitios, ponen una triste música de violón, que tampoco tiene ningún sentido aparente, además de aumentar el patetismo escénico.
El silencio, a veces, transmite impotencia y, aparentemente, no vale para nada. Quizá sea una forma de demostrar la unión democrática de la sociedad. O, tal vez, sólo sea un reflejo de la vida moderna que nos toca vivir: Juntos, silenciosos e incomunicados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *