Parece evidente que los políticos aragoneses andan muy preocupados por repetir en sus intervenciones la palabra territorio. Se puede hacer la prueba tecleando en el famoso buscador de internet la dichosa palabra acompañada del nombre del Presidente, el Vicepresidente o de cualquier consejero de la DGA. El resultado es sorprendente. Parece que a nuestros gobernantes les interese más hablar del territorio que de las personas que lo habitan. Algunos políticos de la oposición justifican en la intimidad sus años lejos del poder por haber descuidado lo que ellos llamas “el discurso territorial”. Otros políticos del Gobierno de Aragón reconocen abiertamente que hablar del territorio genera más identidad, afirmación y votos que hacerlo sobre el individuo. Hace unos días, la Universidad de Michigan ha presentado un curioso estudio en el que demuestra que grandes grupos de chimpancés observados en una gran extensión de terreno durante una década mostraban comportamientos muy agresivos hacia los individuos de su misma especie que no pertenecían a su familia y que entraban en el territorio que estos tenían “marcado” como propio. Ante la amenaza exterior, el concepto de territorio une y toma valor político. También ha quedado claro en nuestra corta historia democrática que la fuerza reactiva es más potente electoralmente que la proactiva, algo muy legítimo y, a veces, comprensible. Podemos concluir, por lo tanto, que nuestros dirigentes están convencidos de que los patrones de conducta que seguimos a la hora de elegir a nuestros representantes no están muy lejos de los de los chimpancés.
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Acabo de pasar tres días en Barcelona, y estaba tomada por gente de todo el mundo. Así que se escuchaba más Inglés, Francés, Alemán, etc. que español o catalán.
La territorialidad es un invento político. Los ciudadanos sabemos convivir con amabilidad y con simpatía, porque no hay barreras reales entre la buena gente.
Nadie se siente extraño en ninguna tierra cuando tratas con sus gentes. (salvo con determinados políticos cuyo negocio está en la diferenciación sobre un mapa). ¡Visca Catalunya!