Contra la crisis, publicidad. Seguramente, habrán visto un vídeo que dice que esto lo arreglamos entre todos. Es una iniciativa que viene de empresas grandes y cámaras de comercio y que busca ayudar en lo más importante, en la confianza. Una idea interesante. Si viniera del Gobierno, la pondríamos más verde, pero siendo una idea privada, nos parece un gesto digno. Por lo que se ve, el Gobierno está en una crisis profunda. Algunos ministros no se hablan, la vicepresidenta está enojada, unos se pican con otros. Así que por mucha publicidad que se haga, lo que nos llega de los dirigentes es triste y contraproducente. Una forma difícil de lograr la ansiada confianza.
Por otro lado, hoy sabemos que Zaragoza se va a gastar un dineral en promocionarse fuera para lograr subir las cifras de turismo. Otra vez, publicidad. Debería estar prohibido que las instituciones pasaran de unas cuotas razonables de publicidad. Eso sería muy interesante, porque no es su cometido hacer publicidad sino gobernar y dirigir. La publicidad ya se la dan los periódicos, las radios y el telediario. Y gratis.