La cultura no es un evento, ni una etiqueta , ni un festival, ni un mercadillo. No se debe confundir cultura con comercio como ya hicimos hace tres años al vender agua y sostenes varios a cambio de cemento y arquitectura. Podría decirse que la cultura es más bien un estado del alma, una tensión hacia la belleza abonada por el tiempo y el esfuerzo que lleva a tener cierta inquietud por asuntos relacionados con la sensibilidad artística. La cultura ayuda también a diferenciar el grano de la paja. Sin embargo, la clase política necesita sacar dinero de debajo de las piedras y cualquier excusa es buena. Este tipo de fiestas, dicen los políticos hasta cansarse, “ponen en valor” a la ciudad y “la sitúan en el mapa”. Son dos expresiones aberrantes que no paran de pronunciar nuestros dirigentes. Deseo que nunca nadie me ponga en valor ni me sitúe en un mapa. Apunten una incorrección más: me da lo mismo que Zaragoza no sea Capital Europea de la Cultura en 2016. Me conformo con no ser capital europea del paro y con que los políticos que dirigen el Ayuntamiento se ocupen de lo que les compete en realidad. Me da pena por el equipo que ha trabajado tanto en la candidatura, pero me alegro porque la cultura seguirá en manos de los cuatro colgados de siempre que editarán en paz sus libros deficitarios, intentarán llenar salas de conciertos engañando a sus amigos, continuarán haciendo exposiciones para que las vean tres y el de la guitarra y lucharán por arañar media subvención en diez años. Me alegro porque ese es el caldo de cultivo de la cultura de verdad y no la factura de dos mil euros por bolo, el canapé con gambas, el concierto del Ricky Martin de turno y el mamoneo cósmico que hubiéramos visto si el amanerado fulano de la pajarita dice Zaragoza en lugar de San Sebastián.
Publicada en Heraldo de Aragón el 12 de julio de 2011música aragón
Una noche de sábado en el pop y rock
Crónica de la semifinal del Concurso Pop Y Rock 2011. Sábado 14 de mayo. Ibai. Los ALK. Burning Days y Redrum.
Le voy pisando. Si me pilla Rubalcabra me cruje. Ni 110 ni leches. Vengo de la comunión de mi sobrino y voy a presentar la semifinal del pop y rock de hoy. Culo preto. Llego al túnel del Oliver, un montaje muy fino que hizo el Ayuntamiento con la pasta presuntamente sobrante para que los melenudos hagan ruido bajo tierra y den mal a las profundidades del planeta. El Ayuntamiento lo llama equipamiento. Para mí, equipamiento es lo que se lleva al monte o a trabajar al andamio. A otra cosa.
La sala está a tres cuartos de entrada. Éxito. Hay cuatro bandas en cartel. Yo soy el que los presenta. Fácil. Recuerdo quiénes son los patrocinadores y quién se trabaja la idea. Doy paso a los grupos. Lo primero, el pop. Empieza Ibai, una banda con actitud, ganas y energía, aunque aún por definir. Las canciones apuntan a mil dianas y no dan en ninguna. Falta rodaje y sobra material. Muchas ganas, buenas líneas de bajo, alguna melodía interesante y una voz que tiene garra y espacio para mejorar. Interesante.
Después, entran en escena Los Alk, un grupo joven con mucho talento y proyección surgido de Tierga, un pueblo de doscientos habitantes. Florecillas en el monte. Muy fino el empaste de las voces, muy serio el concierto en la hilazón de los temas y bien la ejecución instrumental con un batería que ha nacido para tocar mucho y muy bien. Metrónomo y estudio pueden dar un gran instrumentista a la tierra, algo que nunca viene mal. Recemos por que no se lo coman los play backs de alguna orquesta. Hay que encontrar un bajista cuanto antes para esta banda, aunque quizá ya esté encontrado y sólo haya que quitarle un par de cuerdas a uno de los dos guitarras y que el cantante coja la rítmica de vez en cuando, algo que, por cierto, le liberará del peso escénico que, a veces, se le hace cuesta arriba. Hay filón.
Rock. O lo que sea. Burning days es una banda de Hardcore melódico con bastante pitera. Bien en la ejecución, se echa de menos un poco más de teatro en los momentos de intensidad. No puede ser que las guitarras estén tan quietas y las correas tan altas. Para subir hay que bajar, pero cuando se sube, hay que petar a muerte. Muy interesante la propuesta de versión de Abba y la canción de amor con melodías pegadizas y un toque sincero y sin complejos. Hay campo en Aragón para una banda así y talento en el grupo para liberarse del pantalón corto mental y de las autolimitaciones por cuestiones de etiquetas. Arrebato vuelve a estar abierto. Tres x. Interlude. Hardcore es música. Todo vale.
Redrum y a casa. Una banda que dice hacer Rap Metal, pero que hace mucho más. El trabajo de las guitarras es excelente en el menos es más. Podría decirse que las guitarras tienen momentos que firmaría The Edge o algún buen guitarrista pop. El trabajo del bajo es elegante en la creación de ambientes y el papel de los dos vocalistas es serio y convincente. Se complementan bien, se mueven bien y transmiten con un par. Cuando se abrazan en plan coleguitas convierten el flow en Mocedades, pero cada uno hace lo que quiere. Echo de menos alguna base rapera lanzada por ahí y reforzada por la batería. Echo de más conversaciones tontorronas entre tema y tema. Grande el tema del baile. Grupazo.