Decía Maquiavelo que nada hace tan estimable a un príncipe como las grandes empresas y el ejemplo de raras virtudes. Eso fue la Expo 2008 para algunos de sus organizadores. Para nosotros fue un maravilloso campamento de verano que dejó en Zaragoza y en Aragón un legado muy importante. Nos gustaron muchas cosas y nos sentimos muy orgullosos de ellas.
Pero lo cortés no quita lo valiente, caramba. Se puede y se debe preguntar por todo. Si el Tribunal de Cuentas dice que hay un agujero de 54,4 millones de euros, queremos que nos lo expliquen con detalle y, seguramente, lo entenderemos. Si el Tribunal de Cuentas da los datos de venta de entradas y queda en evidencia que tuvimos menos visitas de personas reales de las que se dicen, aproximadamente la mitad, que se diga. Lo aceptaremos como hemos aceptado el éxito de la bizi o el nuevo parque del agua. Después, decidiremos si queremos usar esas cosas. Lo mismo que si queremos seguir usando a esos políticos, claro.