El señor Jesús Benito Ramón es un estanquero de Huesca que siempre se fuma el mejor puro de la caja. Es nieto, hijo y padre de estanqueros. Nació y vive en Huesca y siempre ha fumado puros. Digo que siempre se fuma el mejor puro de la caja porque para él, hay dos tipos de personas: los que están toda la vida fumándose el peor puro de la caja y los que eligen el mejor. Es sencillo: los puros son un producto hecho a mano y, por lo tanto, a simple vista no hay dos puros iguales. Un fumador de puros sabe rápidamente cuál es el mejor puro de la caja.
El señor Jesús Benito Ramón lleva toda su vida eligiendo el mejor. A diferencia de él, otras muchas personas eligen siempre el peor y dejan el bueno para una ocasión más propicia o un momento más oportuno. Así que, según don Jesús, estas personas están toda la vida fumando el peor puro de la caja.
Según alguno de sus hijos, esta teoría se puede extrapolar a la nevera. Uno puede comerse siempre lo mejor de la nevera o puede elegir lo peor. El optimismo funciona como un péndulo. Sigue, casi a la perfección la ley de la acción y reacción. El filósofo alemán Leibniz elaboró el concepto de optimismo en su “Teodicea”. Opinaba que Dios había creado el mejor mundo de los posibles. La reacción llegó de la mano de Voltaire con su novela “Cándido, o el optimismo” en la que se burlaba y ridiculizaba la opinión de Leibniz.
Podemos decir que don Jesús Benito Ramón supera con su teoría aplicada al puro la llamada “Ley Campoamor” que dice aquello de que todo depende del color del cristal con que se mira. El optimismo de don Jesús es más una actitud, una aplicación práctica, un “que nos quiten lo bailao” vital. Me declaro harto de aguantar pesados, cobardes timoratos sin talento, con un acusado y contagioso sentido del ridículo que solo buscan que los demás sean como ellos. Mantendré lejos a los cenizos, enterradores, malhumorados y aburridos patológicos que están convencidos de que existe una conspiración para que todo les vaya mal. Así que voy a empezar a fumarme el mejor puro de la caja y el que venga detrás que arree.