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Me apetece poner esto. Es un cuento que escribí hace un tiempo. Quedé finalista de un concurso con él. A ver si os gusta.

Uno y dos

Yo llegué el uno de julio y ella llegó el dos. Barcelona estaba muy bonita, aunque  de día sólo veíamos las Ramblas. El sol se filtraba entre las hojas de los plataneros como en el cuadro más famoso de Renoir. Yo era camarero de terraza. Ella, escultura urbana.

   Empecé a mirarla el uno de julio. Ella empezó a mirarme el dos. Cuando le echaban alguna moneda cambiaba de posición y, al tercer cambio, se me quedaba mirando a mí. Me di cuenta y traté de disimular. Fue inútil.

Le hablé por primera vez el uno de agosto y ella me contestó el dos. «¿De dónde eres?» Le dije, pero no quiso romper su silencio porque, como me explicó después, es parte de su profesionalidad. Al día siguiente, cuando se bajó de su pedestal, vino hasta donde estaba y me dijo con toda la inocencia del mundo: -Soy de Ciudad Real ¿Por qué quieres saberlo?

   Nos esperábamos al terminar la jornada laboral y  paseábamos juntos. Nos gustaba caminar despacio por las calles antiguas del barrio gótico hablando sobre las incidencias del día. «Un extranjero me echó un billete grande y me quedé muy quieta, pero del susto», decía ella. «Le he tirado por encima medio plato de fabada a un alemán», decía yo.

   Le cogí la mano el uno de septiembre. Nos besamos el dos. Desde entonces me acostumbré a limpiarme los labios, llenos siempre de purpurina,  en el espejo del ascensor al volver a casa. Pero era inútil, su color plateado me impregnaba por completo.

   Empezaba el curso y el periodo de matriculación en la universidad, pero seguíamos allí, ella en su pedestal, yo en mi terraza. En su compañía, el sentimiento del deber se diluía por completo. Me invitó al museo de cera y yo la llevé a Santa María del Mar y al «Bosque de las Hadas».

   Un día apareció vestida como las personas normales. Llevaba un pantalón ancho, una camiseta naranja y el pelo recogido en una coleta. Tenía el gesto triste y culpable. No era la escultura humana de la que me había enamorado, aunque estaba muy guapa.

   Se marchó el uno de octubre. Yo me fui el dos.

5 comentarios en «Uno y dos»
  1. EMOCIONA,ME HA PARECIDO REALMENTE SENSACIONAL.
    ¿QUIEN GANO?
    HE PASEADO DURANTE 2 AÑOS POR ESAS RAMBLAS Y POR UN MOMENTO PENSE QUE VOLVIA OTRA VEZ.

  2. Tiempo después, nos fuimos a vivir juntos.

    Nos fuimos a Chile, a trabajar a Dos en uno.

    Yo quería un piso, ella dos. Nos fuimos a un duplex.

    Ella quería una tele, yo dos. Compramos un televisor con PIP.

    Yo quería un hijo, ella dos… tuvimos siameses.

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