Ponle una nota, por favor
[Total: 0 Average: 0]
Mañana se celebra el día del trabajador. El día del trabajador asustado, podría decirse. Cuatro millones de personas en España se sentirán -con perdón- como un hijo de puta el día del padre. Mañana es un buen día para mirar a los sindicatos. Son, reconozcámoslo, un blanco fácil en estos tiempos. ¿Están cumpliendo con su obligación? Más aún, ¿Habría que replantearse su funcionamiento? Hay quien piensa que sí y quien piensa que no. Queda clara, sin embargo, la incapacidad constructiva de estas organizaciones que demuestran, una vez más, su naturaleza reactiva. Sólo funcionan cuando tienen un coco al que plantar cara. Como ahora mandan sus amigos, los sindicatos no tienen mucho que hacer.
Los sindicatos son una farsa, un negocio para sus dirigentes, unas marionetas del gobierno, unos chupócteros.
Pus yo miraría un poco más al sistema económico neoliberal y a las grandes empresas, dirigidas por amigos del PP, ya lo demostró sin quererlo el señor Díaz Ferrán (mardito’ micrófono’), antes de mirar a los sindicatos. Sólo por aportar un dato (si no recuerdo mal, y por favor corregidme si me equivoco): en la época de Felipe los sindicatos convocaron hasta cuatro huelgas generales. No me parece que eso sea seguirle el juego a los gobernantes.
Por otro lado, cierto que en ocasiones algunos sindicalistas son unos sinvergüenzas, pero reitero mi opinión expresada otras veces en este blog: sin los sindicatos, los derechos sociales y laborales no serían tales.
Por cierto javier, se dice chupópteros.