Lunes 21 de julio. Leemos en los periódicos cosas como que ETA empezó ayer su «campaña de verano» o la condena que le ha caído al llamado «nanysex». Nos paramos ahí porque no nos gusta el fondo, claro está, pero tampoco nos gusta la forma y no hay que tragar con este tipo de cosas. Hoy vamos a hablar de la forma.
Los informadores no deben ser cínicos, ni frívolos. Lo digo yo que, a veces, caigo en los dos defectos. Pero no puede llamarse «campaña de verano» el trabajo de unos terroristas bajo ningún concepto. Es una expresión que se liga al comercio, pero que ha hecho fortuna. Tampoco es de recibo el apelativo «nanysex» para el pederasta en cuestión. Primero, porque el sexo es algo muy serio y no es malo en sí mismo. Segundo, porque el oficio de las nanys es el cargo de confianza por excelencia. Ríete de los cargos de confianza políticos. Este tipo de expresiones, parecidas a otras como «limpieza étnica» salen a los medios de comunicación y se repiten sin parar porque somos como loros: advenedizos y repetitivos.