Hoy quiero hablar sobre la palabra CO y sobre los que la usan. No sé si se han fijado, pero esto es Zaragoza y estamos rodeados de gente -sobre todo jóvenes- que no paran de utilizar la palabra de dos letras co. «Co, cállate, co». «Co, que me rallas, co». «Co, que buena esta la Vane, co». Co, es un vocativo, es decir, un caso que se utiliza para identificar el nombre al que se dirige el hablante. Todos estamos expuestos, por lo tanto, a ser cos. En vez de decirnos «Hola Juan», nos pueden decir «Hola Co».
Echen oreja, está en la calle. Los que utilizan co lo hacen por que no necesitan más para entenderse, porque da fuerza a su expresión, porque se sienten integrados en un grupo al decirlo. Es un identificativo.
Sin embargo, los amantes del co no saben que se están perdiendo mucho, que hay ideas y conceptos que sólo pueden decirse con algunas palabras y que si no se tienen esas palabras en la cabeza, uno se queda un poco vacío. No saben que cuando dicen co, en cierto modo, están haciendo sonar al vacío porque co es el eco del vacío. Los cos no tienen la culpa de ser como son… La culpa la tenemos los demás, que no sabemos educar. ¿Qué es educar? Seducir con el ejemplo. ¿Está claro, co?