Renobielización

Elecciones en 2015. Vienen curvas. La foto, a día de hoy, sería, más o menos así: a la derecha de la imagen, la Presidenta Rudi que está haciendo bueno el tópico que dejó a su paso por la alcaldía de Zaragoza: macetas y persiana abajo. Esboza una media sonrisa y pone un gesto nervioso porque le sale el AVE hacia Madrid. Junto a ella, la familia, preocupada por no perder ese tren que tanto gusta, sabe que se  hará lo que digan desde la capital. En el centro de la imagen, sentado en un sillón de piel, José Ángel Biel, con un gesto de confianza y cierta sorna en el que se lee algo así como “sigo teniendo la sartén por el mango”. A ambos lados del sillón, posan en pie los pesos pesados del partido. Todos con las manos en la espalda, donde seguramente llevan un puñal, piensan en esta palabra de nueva formulación: “renobielización” y esperan un congreso como agua de mayo. Biel piensa: “yo os dejo, pero tenéis que sumar treinta y cuatro con estos de al lado. Ya os lo aviso”. Un poco más a la izquierda, está el hueco que nadie ocupa dejado por Eva Almunia. Brisa oscense del Pirineo. Un segundo de silencio. Al lado, Javier Lambán, el hombre del discurso serio, espera su momento y sonríe como si Madrid no existiera o como si su partido estuviera pensando en otra cosa. La paciencia funciona en la ciencia, dicen, pero ¿en la política? Pero Madrid existe. Lambán mira con ojos tiernos a su izquierda donde están Barrena y compañeros que han querido posar con una camiseta verde en la que se aprecia borrosa alguna reivindicación. Mareas y derivas, ya sabemos.  Junto a ellos están los miembros de Chunta Aragonesista, que rima con soberanista. Llevan papel y boli.  Están haciendo cuentas que también suman, más o menos, treinta y cuatro, pero esta vez, lo suman entre tres. Europa no nos deja ver el bosque. Pero el bosque está ahí. Hay alguien que quiere salir en la foto, aunque el fotógrafo, de momento, no se lo permite. Cuando seas mayor, comerás huevo. Son los amigos de Rosa Díez que han gastado los ahorros en pintar el local de una antigua entidad bancaria de rosa. Quizá les salga la jugada. Por pintura va a ser. Miren al pajarito. Digan patata.

 

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¡Espabila, Aragón!

Espabilad ciudadanos de Aragón. Los vecinos catalanes van en serio. A Zaragoza la defiende su gente, pero ¿quién defiende a Aragón? Mientras nos entretenemos hablando de tonterías y riéndonos de nosotros mismos, otros no paran de moverse.  Espabilad miembros del gobierno. Dad la cara, haced algo que resuene. Sed firmes. Montad una exposición itinerante sobre la Corona de Aragón. Salid en las noticias defendiendo la historia. Recordad que hay paro, reformas, crisis, corrupción y otros asuntos más importantes. Espabilad miembros del PAR. No nos llega claro vuestro discurso. Se ha difuminado. No nos enteramos de qué es Aragón ahora para vosotros. Espabilad miembros de CHA. ¿Sois más aragonesistas o independentistas? Parece que os hace gracia la izquierda catalana. ¿Defendéis Aragón o el nacionalismo en general? Espabilad miembros del PSOE. No sabemos qué pensáis del PSE. No sabemos si os duele el trato que nos da Cataluña. Espabilad miembros del PP. Tenéis la sartén por el mango. Dad la cara. Escuchad a los que saben de esto. En este periódico escriben algunos. No parezcáis ultras, sino gente culta. Los pregoneros de las Fiestas del Pilar, los compañeros de Oregón TV, son hasta el momento los únicos que han dado la cara y han obtenido cierto eco en los medios de difusión masiva. Por ahora, son los únicos que, con el pasaporte del humor, han hecho desempolvar una pizca de orgullo. Hace falta desmentir  mensajes como los que ofrece la Generalidad Catalana en su página web en la que dice, entre otras afirmaciones curiosas, que Cataluña fue un reino, la Casa de Barcelona anexionó Aragón en 1137, y el «rey de Cataluña» Jaime I el Conquistador creó los «Países Catalanes». Noticia a noticia, titular a titular, la moral de la tropa va disminuyendo y la inventiva catalana va dejando poso. No es solo historia. Es futuro. Es rasmia, también. Es necesario un cambio de mentalidad. Solo hablamos del agua, de desdoblar carreteras y de las comunicaciones por el Pirineo. Nos hemos convertido en teóricos de la utopía. Cuando de verdad necesiten el agua, se la llevarán. Cuando quieran pasar por el Pirineo, pasarán. Mientras tanto, aquí estamos. Mirándonos las caras.

Santa democracia

Cuando me muera, por favor, que nadie repita el estribillo estúpido de que yo era un demócrata. Prefiero que digan otras cosas, aunque sean malas. Hemos convertido la democracia en un valor y parece que nos olvidamos de que es solo una forma de organizarnos. Nada más. Es el entorno. Nótese que no digo “escenario” porque no me apetece repetir la odiosa expresión que ahora utiliza todo el mundo. Escenario, escenificar, hoja de ruta y demás estupideces. Nos estamos empeñando en enseñar a nuestros estudiantes la Constitución y las normas de circulación y estamos poniendo menos interés en enseñarles a ceder el asiento a los mayores o a ayudar a los que lo necesitan. Hay más valores en lo segundo que en lo primero, créanme. A lo que íbamos: la vida no es democrática. No lo es en absoluto. Desde pequeños, nos imponen muchas cosas sin preguntar. El amor no es democrático, menos mal. La amistad tampoco. El PP y el PSOE no son nada democráticos de puertas adentro: el dedo de Aznar, las lágrimas de Chacón. Ninguna empresa del mundo lo es. La Iglesia -recibe críticas por ello- no es democrática. Podemos seguir con la enumeración hasta llegar a la curiosa conclusión de que la democracia no es nada democrática. La historia reciente de la transición nos lo demuestra. El dictador murió en la cama y algunas de sus estatuas han caído treinta años después.  ¿Qué hacemos entonces? ¿Nos echamos al monte? ¿Empezamos a quemar coches? Creo que no hace falta. Propongo algo más sencillo y mucho más revolucionario: busquemos principios y valores que valgan la pena. La Constitución, el Estado de Derecho y la democracia son el recinto del que no podemos salir, pero no son una ideología.  Pensemos, elijamos y exijamos a los políticos un mínimo de profundidad. Ya saben, si no pensamos, alguien lo hará por nosotros.

Adiós, Juan Alberto

Belloch y la Maña. Fernando Esteso y su hijo artista. Matamoros detenido unas cuantas veces. Roldán y su pareja rusa pasean y se dejan ver en buenos restaurantes. Becerril en su puesto. La Muela bien, gracias. Notivoli en el café de los artistas comparte barra con Perico Fernández.  Zaragoza cortada por la mitad. Nunca más la Ofrenda de flores pasará por el paseo de la Independencia. Decían que este paseo era el salón de la ciudad, pero los niños han montado en él el tren eléctrico y los mayores ya no pueden utilizarlo para sus cosas. Las manos de Belloch cogen un bolígrafo y hacen unos números que suman nueve mil. Las manos de Belloch se posan en los senos de la Maña ante el gesto divertido de Mari Cruz Soriano. Es la imagen de la otra crisis, de la decadencia, del recorte y del más de lo mismo. Las manos del alcalde, afanadas últimamente en la restauración de muebles, tocan chufa en el busto de la Maña. Dice que está en el templo de las mil puertas, en el inmenso palacio erigido en honor de la burocracia que llamamos seminario, pero no está ahí. Las manos de Belloch dicen adiós como el Rey Gaspar en la cabalgata. El alcalde que hizo cronista de la Expo a su rival político, hace ahora pregonero a quien tiene el deber de informar y criticar su gestión. Belloch el mago, el escapista, el “tocador” de señoras. El mejor político de Aragón, el que supo ir a buscar votos a la acera de enfrente, el que no fue sectario y el que tuvo una visión grande de Zaragoza y creyó en ella, está cansado. Aunque Izquierda Unida se deje el alma por llevarle el botijo y Chunta diga no, pero sí, Belloch no tiene más ganas y se va. Le deja, por cierto, el tomate a su mejor no amigo. El mejor político de Aragón ha dejado de serlo. Arden un par de contenedores en algún barrio. Anochece en Zaragoza.

 

Al rico tópico

Los tengo de todos los colores. Me los quitan de las manos, oiga. Legislatura tras legislatura, estos tópicos se cumplen inexorablemente y, si nadie lo remedia, acabarán convirtiéndose en dogmas democráticos con denominación de origen, como el ternasco. Empecemos por uno pintoresco: la izquierda tiene más sensibilidad y más idea en materia de cultura. El polémico nombramiento del Director General del ramo cumple con creces este tópico y la reacción de un amplio sector de la izquierda nos lleva a poner una cruz en el tópico de que algunos juzgan y condenan a otros por lo que piensan y no por lo que hacen. Otra máxima que no deja de ser cierta: los más listos son siempre los del PAR. Gane quien gane, ellos siguen teniendo su puesto y su cuota de poder. Y otro más, que estoy que lo tiro: la gente de derecha cualificada,  preparada y con liderazgo de verdad no quiere ni por asomo asumir cargos para recibir palos cuatro años y volver calientes a sus puestos si es que siguen existiendo. Quizá, por eso se escucha tanto en los mentideros la sorprendente frase de “no tienen gente” y quizá por eso hay cierto continuismo en algunos altos  cargos que, por lo visto, no lo han hecho tan mal. Pero bajemos a un terreno más superficial: estoy esperando que algún valiente rompa con la costumbre de que el político del PP lleva un refulgente moreno y  un jersey de un solo color al hombro los días informales y de que el político de izquierda tiene que parecerse al Felipe González de los años ochenta. Una cosa es ser militante y otra es ser mutante. Penúltimo tópico, que me cierran el chiringuito: los asesores no se eligen por su cualificación y sus posibilidades de aportar. Se eligen como recompensa o por amiguismo. Y ahora el último: visto lo visto, en todas partes cuecen habas.

La sartén por el mango

A veces, se escuchan comentarios que aventuran qué pasaría si salieran las cuentas y el PP pudiese pactar con el PAR para formar el próximo gobierno de Aragón. Aunque a Rajoy no le parece bien, hay quien dice que el PP estaría dispuesto a dejar a Biel el Gobierno de Aragón. No creo que sea algo que obsesione a Biel, aunque seguro que no le amarga el dulce. Pero, si se fijan, Biel lleva tiempo gobernando Aragón de hecho. Si miramos hoy, por ejemplo, las noticias de las agencias de comunicación vemos al jefe del PAR hablando sobre la huelga, los recortes, las empresas públicas, las comarcas, las diputaciones provinciales, etc. Biel habla de lo que interesa a día de hoy, corta el bacalao. Mientras, Marcelino, como en la monarquía parlamentaria, reina pero no gobierna. Flota. No navega. Sigue con su travesía central, un proyecto de medio plazo que a él le pillará en la senectud política y tal vez vital. Así que ya saben, Marcelino tiene la sartén, pero Biel tiene el mango.

Ya estamos en campaña

Huele a elecciones. Uno pone “Antena Aragón” y se da cuenta de que la campaña electoral ha comenzado. Por ahora, la han empezado los más listos, los de siempre, los que saben manejar la opinión pública mejor y los que, además de todo, mandan en Aragón. Los más avispados. Belloch pone la maqueta del tranvía a tamaño natural para que todos vayamos a montarnos. En “Antena Aragón” un montón de jubilados hablan maravillas del tranvía. Belloch sabe que las elecciónes del año 2011 se ganan sobre los raíles. La gente es así. Se queja, pero cuando tiene el juguete, se olvida de todo. Subimos un poco más por independencia, hacia la plaza del Justicia y vemos que ya están preparados los tres mástiles para la bandera de Aragón junto a la de España. Eso mueve al votante. Belloch no tiene todavía un rival conocido para las elecciones. Como el PP no se dé prisa, no lo va a tener hasta después.  Se acercan las elecciones y algunos no se han dado cuenta todavía.