Adiós a Pepe Blanco

Esto es una despedida formal. Me despido de Pepe Blanco como referencia real en la política. Nunca más lo citaré, ni daré eco a sus palabras. Es una pena porque pierdo un filón, pero lo hago con honestidad. El pasado domingo, Blanco dijo que la culpa de la crisis económica es de los americanos al noventa por ciento y que el PP quiere que se derrumbe el edificio de la economía española para quedarse con el solar. Lo reconozco, no es la mayor de las tonterías que ha dicho este señor, pero para mí es la última. No está el horno para bollos.

Pepe Blanco sólo es la oposición a la oposición. No es nadie, en realidad. Sólo es un parapeto, un entretenimiento, un echador de carnaza. A los que hablamos más o menos de actualidad, el señor Blanco nos lo pone demasiado fácil. Además, no son tiempos para decir estupideces, ni para trivializar la realidad.

Ya les dije adiós a Acebes y Zaplana. Hoy le digo adiós a Pepe Blanco. Les invito a hacer lo mismo.

Trilero y caballero

El prestigioso periódico The Economist ha dicho que España tiene un serio problema económico. Ha sido el editor jefe de la publicación, Dan O’Brien. Ha dicho, además, que España tiene un 30 por ciento de posibilidades de sufrir una crisis económica grave.

Mientras tanto, el congreso del PSOE termina con la idea de que no hay crisis económica y de que lo que la gente necesita es aumentar el «derecho» del aborto. El socialismo español tiene una gran capacidad estratégica y propagandística. Tiene los medios de un poderoso caballero y la habilidad de un trilero. Además, Pepe Blanco, el político más incompetente de la década, ya es Vicesecretario general, lo que era en su día Alfonso Guerra. Eso sí que es provocación.