Armas de seducción masiva

Tenemos una impresionante maquinaria montada para lograr que los niños y los jóvenes consuman. Tenemos los Jonas Brothers, Hanna Montana, la play statión y la wii. Tenemos de todo y los niños van detrás porque son niños. ¿Por qué en la educación no hacemos algo parecido? ¿Por qué no utilizamos esas armas de seducción masiva? ¿Por qué ahora hay que poner ordenador a todos los niños para que hagan el mameluco en lugar de estar atentos a lo que les dice su maestro? La educación se lleva las culpas casi siempre que pasa algo gordo… “Es un problema de educación”, repetimos como cotorras, pero la educación se basa en algunos valores que tenemos muy olvidados, como la autoridad, la disciplina, la curiosidad, el buen ejemplo, el esfuerzo, el premio y su hermano gemelo feo, el castigo.

Pizarras digitales

Señoría para arriba y señoría para abajo. Así están los políticos hoy, con el debate sobre el estado de la nación a cuestas. Es como una obra de teatro, mejor aún, como un auto sacramental. Los personajes van apareciendo en la escena. El paro, la economía, la vivienda, la sanidad y la educación. El Presidente propone un gran pacto en la educación y dice que todos los alumnos van a tener pizarras electrónicas y ordenador portátil. No sabe lo que dice. Ni la pizarra electrónica ni el ordenador portátil van a mejorar nuestra educación. Ni de lejos. Es más, la van a obstaculizar. Los problemas se mejoran con ideas y no con objetos que cuestan dinero. Un niño no aprenderá nada si está chateando con un ordenador portátil mientras el profesor intenta explicarle la lección. Un niño no aprenderá mejor porque la pizarra sea digital. La educación necesita buenos maestros y un sitema que los respalde.

Lo diferente asusta

Nos dicen que hace falta ingenio para salir de la crisis, que ya no va a servir lo de antes. No es verdad. Nadie se lo cree. La sociedad en la que vivimos sigue teniendo mucho miedo a lo diferente. Lo diferente es raro y feo. Hay que reírse del que no es como los demás. Hace falta un título. Está feo bailar. No hay que opinar sobre algunas cosas. No hay que ir a ciertos sitios, ni ser demasiado correcto en algunos aspectos. Nos vamos encorsetando y alienando sin darnos cuenta. Todas las voces de las televisiones acaban sonando igual. Hay cursos de locución para que todos seamos el mismo. Hay cursos de redacción y de presentación para hacer todos el mismo programa. La moda no nos dice «lleva lo que quieras». La moda utiliza un imperativo terrible:  el «se lleva». La personalidad es más que unos pantalones y unos zapatos casual. Hablamos más de Beckham que del Papa o el Dalai Lama. Hablamos más del cambio climático que de la conciencia. Hace falta ingenio para salir de la crisis, pero no de la económica. Hay que salir de la crisis que nos hace pensar como máquinas.  

Protagonistas

Nos llevamos las manos a la cabeza porque cuatro chavales, dos de ellos menores, le dieron una paliza a un hombre de 77 años el otro día en Huesca. Decimos que es un problema de educación y no vamos más allá. No profundizamos. El Justicia de Aragón pide moderación en el consumo de alcohol en la Cincomarzada. Cada uno hace lo que puede y parece que hacemos la guerra por nuestra cuenta. Los profesores advierten de que cada vez se lee menos. La lectura es una de las claves y no se fomenta lo suficiente. La televisión sigue dando a los jóvenes referencias de usar y tirar que no dejan ningún poso en el futuro. La imaginación brilla por su ausencia porque no hay guapo que se imagine nada más interesante que lo que se ve en los videojuegos. Tratamos a los jóvenes como ganado. Damos por sentado que harán todo mal y ponemos soluciones después. ¿Para que quitar la mala hierba si vuelve a salir? Qué más dará. Estamos viejos y vencidos. Los culpables somos nosotros y sólo nos queda una salida. Volver al origen. Seducir a los jóvenes con el ejemplo, llevarlos al huerto y demostrarles que no hay que ser como Penélope. Es muy poca cosa ser una actriz de reparto de Alcobendas. Hay que aspirar a más: a ser los protagonistas de nuestras vidas. 

Estudiar en español

 Nos quedamos con una noticia de la actualidad española. Es una de esas noticias que se fabrican. Encargas una encuesta, le echas el ojo, sacas lo que tiene carne y ya tienes una noticia. Así que, una encuesta de la empresa Sigma Dos para el diario el Mundo dice que el 87,4 por ciento de los españoles cree que es necesaria una ley que garantice poder estudiar en español. Además, el 79 por ciento de los encuestados creen que el Estado debería recuperar competencias en materia de educación. Hay mucha gente que dice que es complicado estudiar en español en algunos lugares. Otros dicen que no es para tanto. La realidad tiene muchas caras, pero está claro que los encuestados tienen cierto miedo a una amenaza cuya mayor virtud, como la del diablo, es hacer creer a todo el mundo que no existe.