En la comunidad de Madrid quieren que los profesores tengan el rango de autoridad pública. Es una iniciativa que merece la pena estudiar. Parece que los maestros han perdido la autoridad sobre los niños y es el legislador el que se la debe devolver. Las universidades nacieron por un grupo de personas que se unían para pagar a un maestro que enseñara ciertas disciplinas a sus hijos o a ellos mismos. Ahí estaba la autoridad: “le confío a usted la tarea de enseñar a mi hijo, es decir, le cedo parte de mi autoridad”. El problema actual es que algunos padres han perdido la autoridad sobre sus hijos y no pueden cederle ni un pequeño trozo a los profesores. Está bien que la figura del maestro se respete en fondo y forma. Sin embargo, el problema es más profundo. La ley no puede arreglar algunas cosas.
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Armas de seducción masiva
Tenemos una impresionante maquinaria montada para lograr que los niños y los jóvenes consuman. Tenemos los Jonas Brothers, Hanna Montana, la play statión y la wii. Tenemos de todo y los niños van detrás porque son niños. ¿Por qué en la educación no hacemos algo parecido? ¿Por qué no utilizamos esas armas de seducción masiva? ¿Por qué ahora hay que poner ordenador a todos los niños para que hagan el mameluco en lugar de estar atentos a lo que les dice su maestro? La educación se lleva las culpas casi siempre que pasa algo gordo… “Es un problema de educación”, repetimos como cotorras, pero la educación se basa en algunos valores que tenemos muy olvidados, como la autoridad, la disciplina, la curiosidad, el buen ejemplo, el esfuerzo, el premio y su hermano gemelo feo, el castigo.