La Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha dicho hoy en la SER que un feto de trece semanas es un ser vivo, pero no es un ser humano. Terrible declaración. Quizá se haya confundido con la peripecia jurídica del concepto de «persona» que ha tenido tanto debate en el pasado. Para ser persona, según nuestro código civil, hay que estar 24 horas desprendido del claustro materno, es decir, desde que cortan el cordón. Por ese concepto jurídico, el de «ser persona», se ha justificado el aborto. Los dirigentes del partido del Gobierno deberían poner en el lugar de la señora Aído a alguien competente y por lo visto, experto en medicina, ya que parecen entender que la lucha por la igualdad se libra sólo en las políticas sanitarias. Si no es un ser humano, pero es un ser vivo, tendrá que pertenecer a alguna especie. Esperamos que la señora Aido nos diga de cual.
Aído
Bibiana Aído y sus "asesores"
Estamos cansados ya del debate recurrente de si algunas cosas se hacen para tapar la crisis. Otra vez el aborto. Si el proyecto llega al Congreso este año, cosa que es dudosa, se encontrará con la oposición del PP, la reivindicación, la duda del PNV, la división de CiU y el escepticismo del Grupo Mixto. Aunque llegara al congreso este año, el Gobierno no tiene asegurado el apoyo mayoritario, en el caso de que se mantuviera en los términos propuestos por los «expertos» de Bibiana Aído. Hablemos, por cierto, de estos llamados expertos. Son nueve personas, ni más ni menos: dos expertos en derecho penal, una en derecho antidiscriminatorio, un catedrático de enfermería, dos ginecólogos, un catedrático de ginecología, una enfermera y una médico. Ahí tienen a nueve supuestos expertos que han llegado a la conclusión de que las menores entre 16 y 18 años pueden abortar sin permiso de los padres. Menudos expertos más inexpertos. Les propongo una medida de ahorro contra la crisis: cojan al Ministerio de Igualdad y a todos sus chupatintas y mándenlos a Siberia, como a Magdalena Álvarez, pero sin billete de vuelta.