Superandoni y su ayudante Echeve llegan al despacho de Ortiz Remacha. La aterciopelada voz del cronista les informa de que los hermanos de Antena Aragón no responden al teléfono y no han dado ninguna señal de vida.
Cuando nuestro superhéroe se plantea empezar a investigar, un estruendo enorme retumba junto al ebro. Echeve se asoma por la ventana y ve un tranvía del revés. Con un gesto rápido, le dice a su compañero que algo malo está ocurriendo ahí fuera.
Cuando salen, la ciudad es un hervidero. Un supervillano vestido de blanco y rojo y dos seres con cabeza de siluro siembran el caos y la destrucción como quien siembra trigo.
Superandoni reconoce a los dos hermanos de Antena Aragón en los monstruos con cabeza de siluro, pero no reconoce al supervillano.
-¿Quién eres?
-Yo debía ser el superhéroe local de Zaragoza. Por eso te odio.
-Odiar es malo y no desgrava -responde Superandoni mientras se coloca en posición de combate.