Crisis, paro, ruina y depresión. No se habla de otra cosa. Se echa la culpa al político de turno y a los bancos y a seguir como se pueda. Llega el momento de echarle valor al asunto y de ponerse de frente al problema y plantearse aquello de ¿qué puedo hacer yo? Tal vez se pueda hacer algo, más allá de las sostenibilidades y otras mandangas con que nos martillean la cabeza los políticos. Hoy se me ocurre una costumbre que existe en America -del norte y del sur- sobre la comida en los restaurantes. Cuando alguien se deja algo en el plato, el establecimiento se lo pone en una cajita para que se lo lleve a su casa. Lo mismo ocurre con las botellas de vino. Estamos tirando comida a la basura. A mucha gente le da miedo y vergüenza pedir que le pongan lo que se deja en una caja. En el fondo son tonterías, pero son un ejemplo muy claro de que todavía no estamos puestos en el ahorro de verdad. Ponemos una bombilla de bajo consumo y nos quedamos tan tranquilos mientras tiramos kilos de comida a la basura.
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