Califica este artículo.
[Total: 2 Average: 5]

Cada diez segundos, muere un niño no sé dónde. Cada veinte segundos, se separa una pareja. Cada minuto y medio se destruye un puesto de trabajo. Cada cuarto de hora desaparece una especie vegetal. Así podríamos estar toda la vida. Cuando uno escucha esto se siente mal, tremendamente culpable y dan ganas de romper el reloj o de cantar aquello de reloj no marques las horas. La información nos llega de formas muy diversas. A veces con lazo, otras, envasada al vacío y otras, en una caja muy bonita que dentro lleva una bomba. Tenemos mucha información y pocos criterios para pensar. Parece que todos tenemos razón. «Todo lo que sea para mejorar, estará bien», decimos, llenos de vaguedad cuando se nos pregunta. Nos asusta no estar de acuerdo y nos vamos convirtiendo en ovejas bienpensantes. Tener muchos datos en la cabeza, estar lleno de fechas y cifras no significa que sepamos absolutamente nada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *