A Rajoy se le ha metido en la cabeza la triste y simplona idea de que lo mejor que le puede pasar es que se le considere previsible. Lo dijo el otro día en el Congreso de los Diputados y lo ha repetido hoy, aquí, en Zaragoza. Cree que así contesta de un modo sutil a sus adversarios políticos cuando lo encasillan en actitudes propias de su ideología. Rajoy quiere ser previsible para dar seguridad al electorado, pero un político previsible es algo muy aburrido y muy poco comunicativo. Lo previsible suena a rancio, en este caso, a la peor acepción del término ‘conservador’. Un personaje público tiene que tener siempre algo imprevisible que lo haga un poco diferente del resto. Piensen en los líderes de los países que les vengan a la mente y verán que, desde Obama hasta Fidel Castro, todos tienen su sello imprevisible. Lo previsible es, casi siempre, aburrido. Además, entre otras cosas, el señor Rajoy es parte del espectáculo porque sale constantemente en la tele, en la radio y en la prensa. Si todo el mundo lo acaba considerando previsible, es previsible que se aburran y que no le vote ni la madre que lo parió.
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Creo que lom previsible es que previsiblemnte se marche por donde ha venido haga un congreso y diga Adios, de lo contrario su partido no va atocar poder y él menos qaue nadie y menos si deja al totorron de Gallardon
jajaja, si se vuelve previsible ya no nos dejara mas perlas como la de: ¡Viva el vino!, snif snif.