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Que majos son los políticos después de las elecciones. «Hay que felicitar a este», «agradezco mucho lo de más allá», «dejaremos de lado las tensiones» y un largo etcétera. Yo pensaba que esto era un pacto implícito de descanso político, una especie de hibernación -como hacen los osos- para volver a dar palos en cuanto pasen unos días. Pero, tal vez ande equivocado… Parece ser que mi querido duo sacapuntas, Acebes y Zaplana, se retiran de una vez del estrado. Y, no sólo eso, sino que además Rubalcaba está melancólico y dice que quiere vivir la vida y, quizá, tener tiempo para jugar a la petanca con los jubilados de su barrio. Pepe Blanco no ha dicho nada. Por lo menos, siempre nos quedará leer su blog para seguir aprendiendo a vivir con su literatura fantástica.
Los políticos son los que nos han enseñado a no respetarles. Ellos nos han enseñado que mienten, defraudan, estafan, descalifican, desfalcan, roban, trincan y se aferran. En estos días queda muy clara una lección que los políticos aún no tienen aprendida. Al ponerse tan verdes entre ellos y dedicar tanto esfuerzo a la crítica, dejan de un lado su labor y cumplen el viejo dicho de tirar piedras contra su propio tejado

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