Las redes sociales son, entre otras cosas, un caladero de tipos egocéntricos y vanidosos que cuentan su vida a cambio de que otros le den a un botoncito que dice “me gusta”. Es lógico que las redes estén llenas de escritores que tratan de ser los más ingeniosos y de aparentar que todo les da igual. Con esta idea clara les cuento la siguiente historia: un buen día apareció en la red social Facebook una señora de Vilanova y la Geltrú llamada Pepita Viñas que nos daba conversación por igual a Manuel Forega, Enrique Cebrián y a mí, que somos presuntos escritores y confirmados ególatras y vanidosos. Forega, en la puerta del Paraninfo, nos dijo un día que había conocido a esta señora en la presentación de un libro, pero se reía mientras lo decía. Empezamos a sospechar. Uno de los tres era Pepita Viñas, era evidente. Nos fuimos cada uno por su lado y Pepita siguió hablando. Nos contó, entre otras cosas, que tiene un marido al que llama “el palomo”, nos mostró fotos de su perro y nos habló de una nieta ingeniera. Alguno sugirió que Pepita Viñas era el poeta Ángel Guinda. Se nos estaba yendo de las manos. Hubo más candidatos, pero ninguno confesó. Además, ni Forega, ni Cebrián ni yo afirmamos seriamente que no éramos Pepita Viñas en ningún momento. Un buen día, Pepita nos pidió un poema honorífico para celebrar que su nieta había terminado la carrera. Fue un momento clave. ¿Qué hacer? Alguien sugirió escribir un verso cada uno para repartirnos la responsabilidad y la vergüenza en caso de que alguien anunciara ser Pepita Viñas tras la redacción del poema. El poema salió de aquellas maneras. Pepita lo enmarcó y se lo regaló a su nieta. Pepita nos invitó a Paella en Vilanova y la Geltrú y no supimos qué hacer. Imaginen a tres escritores zaragozanos llamando a un timbre al que nadie abre. Imaginen la risa eterna de uno de ellos o de un tercero. Pero ¿y si Pepita es real? Ha pasado el tiempo y sigue conversando amablemente con nosotros. Es como de la familia. Si existe, habrá que ir a probar esa paella. Mientras lo decidimos, yo no renuncio a ser en realidad Pepita Viñas. ¿Ustedes qué piensan?