Un tipo de cincuenta años se ha desesperado en el banco, ha sacado un cuchillo y ha retenido a una empleada. Dicen que ha gritado que la caja de ahorros en cuestión le ha arruinado la vida. Unos policías vestidos de periodistas de la tele han entrado y lo han reducido. Su vida ya no será la misma. Algunos músicos y cantantes se han puesto a dar la paliza ante el ministerio de Industria para que ataje las descargas de internet. Dicen que les roban lo suyo. ¿Y el ministerio de cultura qué opina? ¿Dónde está la ministra? La cara y la cruz de la crisis. La desesperación de uno frente a la lucha inútil y burguesa de otros. Mientras, Mainar, el acusado de Fago, está ingresado por haberse pasado con las pastillas. Esto lo he visto yo en alguna película.
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