Crítica de Teatro. Texto de Octavio G. Milián
Teatro Che y Moche en su vertiente más musical y de teatro de calle estrenó por fin en Zaragoza su obra Oua Umplute con la que lleva casi dos años girando por toda España, con un enorme éxito de crítica y público. No se trata de un montaje teatral al uso, puesto que la línea narrativa es mínima: basándose en las excusa de un espectáculo musical de influencia zíngara en el que cuatro primos realizan un homenaje a su abuelo Dimitri, se van sucediendo una serie de anécdotas y momentos cómicos basados sobre todo en la fuerza expresiva y corporal de los intérpretes. Las canciones, que son la base del espectáculo, se van desgranando de manera regular durante toda la obra, ejecutadas de manera festiva por una banda solvente en la que destaca la enorme maestría de la violinista y el trabajo eficiente del guitarrista, sobre todo marcando las líneas de bajo. El cuarteto se completa con un batería-percusionista, que juega el papel de patán descocado y un maestro de ceremonias, riguroso en el clarinete y el saxo. Una escenografía muy lograda, carente de excesos y supeditada al movimiento mínimo del escenario, convertido casi en sala de conciertos, además de algunos momentos hilarantes, con participación del público incluida son lo más destacado de este Oua Umplute. Es importante recalcar que el montaje se asemeja mucho más a un café cantante que a una dramaturgia clásica, lo que lo hace, posiblemente, cercano al público generalista pero que puede ser una sorpresa agridulce para el que no se acerque avisado.