Ayer estuvimos en las jornadas de periodismo organizadas por la Asociación de la Prensa y el Colegio Mayor Miraflores. De todas las intervenciones me quedo con la de Ernesto Saenz de Buruaga. El contrastado periodista, aquel que se inventó aquella mentirijilla efectista de “así han sido las cosas y así se las hemos contado”, tiró ayer por la vía de la sinceridad total y por la opinión descarnada. Habló de la telebasura y de Belén Esteban. Habló de resultados y de audiencias, de dinero, de efectividad. No habló de ética ni de nada parecido, ni de la labor formativa de la televisión. Fue una conferencia-desengaño. El periodista dijo que todo el mundo ve a Belén Estaban y que siempre ganan en audiencia los grupos grandes porque el dinero tiene el talento. Me gustó la conferencia. Cuando me fui a casa pensé que mi deber era escuchar, mi deber era aprender y después, visto lo visto, también pensé que mi deber era no hacerle ni caso al señor de Buruaga.
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