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Hace unos días, el ayuntamiento presentó la novedad del cubo marrón de los residuos orgánicos. En las informaciones que dieron los compañeros de los medios de comunicación, se repitió la siguiente frase “todavía no es obligatorio”. A nadie le llamó la atención, pero es un hecho grave. Detrás de esa frase hay una serie de reflexiones muy interesante: ¿puede un ayuntamiento obligar al ciudadano a separar las cabezas de las gambas de la tapa del yogur? ¿Hay alguna medida coercitiva que pueda obligarnos a hacer esto? ¿Revisarán nuestra basura? ¿Entrarán en nuestra casa? ¿Pondrán una cámara en el cubo? ¿Se han leído la Constitución?

Y aquí les dejo otra reflexión. Los residuos los gestionará una empresa de capital chino. Hace poco era propiedad de Forentino Pérez. El ayuntamiento apañará algunas deudas que tiene con esa empresa, aunque lo vende como “coste cero”. Los amigos de Florentino seguirán ganando dinero. El ayuntamiento nos cobrará la tasa por prestación de servicios de recogida de basuras y nosotros creeremos que estamos salvando el planeta. Gana la gran empresa, gana la administración, paga y trabaja el ciudadano. Una jugada redonda con mano de obra gratis. Necesito que me lo expliquen mejor y, si puede ser, alguien que no sea voluntario. Por ahora, me declaro objetor. Si quieren, que vengan Florentino, los chinos o Cubero a mi casa a llevarse el marrón.

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