Algún cretino ha dicho que va a sonar muy raro que el lendakari se apellide López. El cretino en cuestión no sabe que un López fue el que convirtió una aldea de mar en una villa llamada Bilbao en el año 1300, quinientos sesenta y cinco años antes de que naciera Sabino Arana, el inventor del nacionalismo vasco. Digo inventor con todas las letras porque se lo sacó prácticamente de la manga. Desde Aragón miramos el cambio del País Vasco con curiosidad. La sensación de movimiento institucional parece buena. Entra aire en puestos y cargos que llevaban demasiado tiempo chupando de la borrega. Aquí, salvando las distancias, nos pasa algo parecido. No se mueve nada. Pase lo que pase. Tragamos, seguimos, encajamos el golpe y adelante. Poco a poco. El que habla más de la cuenta la paga. El País Vasco hace hoy un cambio importante en su historia democrática. Nosotros, sin saberlo, seguimos atascados en el feudalismo.
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Saldaña es muy bueno… hip!