Atención. Van a tener el inmenso placer de escuchar una de las mayores gansadas de los últimos tiempos en el mundo de la política internacional. Con ustedes José Luis Rodríguez Zapatero:
El viento. El viento se lleva las palabras. Alguien ha escrito ese discurso y Zapatero lo ha leído. ¿Quién habrá escrito semejante majadería? ¿Nos merecemos esto? ¿Quedaría creíble esta majadería en boca de Nelson Mandela? Lo dudo. Hay gente muriendo de hambre y hay ricos que viven muy bien. Zapatero dice la verdad. Sin embargo, tiene que tener en cuenta que no es el cantante de U2, que es un político que gestiona el dinero y que decide dónde se invierten nuestros impuestos. Después de esta gilipollez, de este pedo cósmico nos quedan dos opciones: reír o llorar, resistencia o decadencia, acción o desesperación. Yo hice de viento en la obra del colegio en parvulitos. Tenía un disfraz de cartulina con cintas de papel pinocho de muchos colores. Yo sé de sobra que al viento no le pertenece nada y no pertenece a nadie.
No pienses, siente: deja que la fuerza fluya en tí, Jose Luis…