Nos la han vuelto a colar como han querido. Ahora resulta que el malo es el empresario, el que va a meter un montón de dinero para hacer que nuestra industria de Figueruelas siga siendo viable. Nos han tomado el pelo. El único que tiene poder para hacer cambiar de opinión a un empresario es el político porque maneja el dinero y puede calmar el hambre de deslocalización del empresario multinacional. Pero no. El político se coloca detrás de la pancarta y protesta contra no se sabe qué. Los sindicatos tragan. La gente traga. No se dan cuenta de que el enemigo está entre ellos, dándoles la mano y palmaditas en la espalda. El único personaje español capaz de negociar de tú a tú con Magna se llama Zapatero y ni está ni se le espera. La única persona capaz de negociar con Magna en Alemania se llama Angela y se apellida Merkel. Y sabe lo que hace.
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Que mania teneis todos de escamotearle el padre al pobre presidente Su primer apellido es el de Rodriguez, no hay que darle ideas
Este hombnre ha perdido el norte
resulta triste que este en el poder por una sangrienta asonada
Saludos
Cada vez estoy más convencido que el margen de maniobra de los políticos frente a los desmanes de algunos empresarios es mínimo. El poder económico está por encima del político, o lo que es lo mismo, por encima de los ciudadanos. Cuando veo en la TV a Obama diciendo «Esto se ha terminado» y echándoles la bronca a los banqueros, me imagino a éstos riéndose a carcajadas en sus butacones, con sus puros y sus copas.