Seguimos en crisis. Los políticos lo van disfrazando como pueden, pero el año se presenta complicado, abierto al ingenio, un reto para los que le dan al coco y un problema para los que chupan de la borrega. Me llama la atención la cantidad de conferencias, mesas redondas, simposios, salones, charlas, ruedas de prensa y demás soflamas que se hacen sobre la crisis. Estoy haciendo una colección de los títulos que llevan las diferentes representaciones teatrales, por llamarlas de algún modo. Por ejemplo, ayer, Cándido Méndez, secretario general de UGT dio esta charla en Zaragoza: “Alternativas a la crisis: reflexiones para un tiempo de cambio”. Debería estar prohibido hablar sobre la crisis en estos tiempos. Sería más divertido. Tendríamos que ser supersticiosos como los toreros y al que nombre a la bicha, darle un par de collejas. Seguro que nos iba todo mejor, nos apañábamos antes y seguro que también le cerrábamos el chiringuito a más de un sinvergüenza.
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