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Entré en Massimo Dutti. Una señorita se acercó a mí.
-¿Puedo ayudarle?
-No. Solo estoy mirando.
Salí de Massimo Dutti.
Entré en Massimo Dutti. La misma señorita se me acercó:
-¿Puedo ayudarle?
-No. Sólo te estoy mirando.
El tercer día, la señorita se acercó y me dijo lo mismo:
-Sí, puedes ayudarme- respondí.
Salí de Massimo Dutti, mientras la señorita prendía fuego al almacén.
me gustan todos los artiklos de moda massimo dutti