Se cumplen dos años desde el final de la Expo 2008. La expo del agua, ya ven. Agua y desarrollo sostenible. Precisamente, el desarrollo de la expo no se ha sostenido lo más mínimo. Ninguna empresa ha querido saber nada del recinto empresarial porque ha venido la crisis a mordernos la yugular. Nos tomaron el pelo con tanta cultura del agua. Nos tuvieron entretenidos mirando curiosas exposiciones en las que una voluntaria que no cobraba un duro nos explicaba que había que tirar menos de la cadena del vater. Urbanizaron, sacaron pasta para puentes y para hacer crecer la ciudad. Nos dejaron edificios que no llegan a singulares y cuando todo se terminó ha llegado la crisis y nos ha pillado con el culo al aire. La carta del agua. La tribuna del agua. La gaita del agua. Despilfarro, cetrería y actitudes de paleto y nuevo rico. Ahora, al pensarlo, lo malo no es que nos hayan tomado el pelo. Lo malo es la cara de tonto que se te queda.
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