No se había hablado mucho del agua desde hace algún tiempo, pero vuelve a la actualidad. La riada y el aula de consumo para ahorrar parece que se ponen de acuerdo. Volverá el lío del trasvase cuando el agua se gaste y se evapore allá por el verano. Volveremos a hablar del agua de boca de Barcelona. Insisto en un planteamiento que nadie dice y que habría que tener en cuenta. El agua es de todo menos de boca porque no hay quien la beba. Seguimos como los pueblos del tercer mundo… Tenemos que ir a comprar el agua que bebemos al supermercado y eso sí que no tiene ningún sentido. La tenemos que llevar a cuestas o que nos la traigan a casa. Piensen dónde está la diferencia con hace unos cuantos años cuando había que ir a buscar el agua al pozo. Estamos en eso, pero el pozo es el supermercado. Además, somos tan rematadamente tontos que nos dejamos engañar con envoltorios y tontadas insoportables como la carta de aguas que te ofrecen en los restaurantes. No queremos carta de aguas, queremos agua del grifo que sepa bien.
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