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Estuve hace unos días en el Centro de Historia viendo la exposición sobre la visita de los Beatles a España. Al terminar, se puede ver un vídeo del Nodo en el que se habla del concierto del grupo británico que fue presentado, por cierto, por Torrebruno. En esta breve proyección, la voz que narraba aquellos sucesos pone especial interés en demostrar que la visita de los melenudos de Liverpool no supuso ningún sobresalto a la sociedad española. Todos sabemos que fue un impacto, pero ahí queda la voz de Matías Prats para negarlo. Ejemplos como este nos llevan a una reflexión: podemos seguir escandalizándonos de la dictadura que tuvimos hace treinta años o podemos dar un paso más. No estaría mal pensar de vez en cuando en las cadenas que nos tiende nuestro sistema democrático que son invisibles y tienen mejor prensa, pero son también, a fin de cuentas, ataduras.

Ahí van algunas: el olvido y desprecio a las raíces propias, el sometimiento y la indefensión ante el poder económico y los mercados, la dependencia de la tecnología, la esclavitud del consumo, el letargo ciudadano, la falta de autocrítica, el control de las costumbres a través de la ley, la manipulación de los medios de comunicación, el pan y circo del fútbol, la pérdida de sentido de algunas palabras, el relativismo entre pan y pan, la exaltación del terruño como única forma posible de hacerse fuerte, la decadencia de algunos valores humanos como la generosidad, la elegancia o la valentía y la manipulación de la historia a gusto del consumidor.

Podemos seguir viendo en la televisión “Cuéntame cómo pasó” hasta que se nos muera la última neurona o podemos mirarnos al espejo y espabilar un poco al pensar en nuestros nietos escandalizados viendo en sus modernas televisiones “Cuéntame lo que no pasó”.

Publicada en Heraldo el 20 de abril de 2011

Un comentario en «Beatles y ataduras»
  1. Muy buena columna como siempre. Nos empeñamos en arreglar el pasado, según convenga eso sí, pero lo que tenemos que arreglar es el presente que eso nos afecta a todos. Saludos!

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