En la comunidad de Madrid quieren que los profesores tengan el rango de autoridad pública. Es una iniciativa que merece la pena estudiar. Parece que los maestros han perdido la autoridad sobre los niños y es el legislador el que se la debe devolver. Las universidades nacieron por un grupo de personas que se unían para pagar a un maestro que enseñara ciertas disciplinas a sus hijos o a ellos mismos. Ahí estaba la autoridad: “le confío a usted la tarea de enseñar a mi hijo, es decir, le cedo parte de mi autoridad”. El problema actual es que algunos padres han perdido la autoridad sobre sus hijos y no pueden cederle ni un pequeño trozo a los profesores. Está bien que la figura del maestro se respete en fondo y forma. Sin embargo, el problema es más profundo. La ley no puede arreglar algunas cosas.
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El problema es más profundos, pero la protección / apoyo real hacia el profesorado es una necesidad inmediata.
El problema es más profundo, pero la protección / apoyo real hacia el profesorado es una necesidad inmediata.